Actualmente se ha trasparentado de forma más notoria la circulación de noticias, entrevistas y artículos en los medios que despiertan controversias y fuertes cuestionamientos por su falta de rigor y su intento de instalar Mitos que convivan con las tradiciones más sagradas para el pueblo argentino.
En esta oportunidad, y en el ámbito de la comunidad local sanmigueleña, se han difundido a través de un artículo del medio local “La hoja” las apreciaciones de un historiador oriundo del distrito que adhiere al movimiento por San Miguel.
A simple vista y sin ahondar en reflexiones socio políticas resulta evidente que el mentado historiador, Mario Segura, instala con sus declaraciones una suerte de relato ficcional que intenta desafiar la verdad histórica del movimiento peronista.
Este escritor que se autodefine como el “salvador del líder en prisión” no produce más que contradicciones al interior de su propio discurso, las mismas que se trasladan también al relato mediático y a la producción de noticias.
Por un lado, Segura reconoce no saber nada de política, y por el otro, ser militante del peronismo. Huelga decir que no sólo desconoce de este campo sino también de historia. De igual forma, intenta obtusamente equipar la figura histórica del General Perón con el ex dirigente de San Miguel, Aldo Rico. Juan Domingo Perón supo encarnar los deseos inorgánicos de su Pueblo, al que se debía íntegramente. Aldo Rico, según señala Segura, duda de su pueblo. La pregunta pertinente aquí es: ¿Puede conducir alguien a personas de las que desconfía? , o dicho de otro modo, ¿qué credibilidad y legitimidad puede tener la figura de un funcionario que no tiene fe en quienes pretende gobernar?
¿El líder está preso?
De lo único que puede ser prisionero Rico es de sus pasiones y sus propias decisiones, dadas las circunstancias en las que se encuentra por su propia voluntad. Jamás podría compararse su situación con la de un auténtico líder y conductor como lo fue el General Perón, Padre de la Nación Argentina, quien sí fue injustamente privado, poco antes del 17 de octubre de 1945, de su libertad física y reivindicado por la fe de su pueblo.
Pero esto no es privativo de este historiador se ve el esfuerzo de algunos filósofos, historiadores y periodistas en comparar primero a Alfonsín y su tercer Movimiento histórico, después algunos kirchneristas que no provienen del peronismo en intentar comparar al último jefe que tuvo el Movimiento Nacional con el ex presidente, yo le pediría a Mario Segura que no mancille lo sagrado para conseguir objetivos profanos.
Podríamos cerrar este artículo con las palabras de un buen tanguero:
“Cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel”
Jorge Antonio Garrido
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