Jorge Garrido: La defección de la militancia y el renunciamiento a la causa

jueves, 13 de octubre de 2011


La defección de la militancia y el renunciamiento a la causa
                El siguiente documento  conforma la segunda parte de los artículos abordados en relación a las problemáticas actuales para el desarrollo de nuestra actividad política frente al avance  de las formas de discurso y acción política sujetas a  la lógica comercial y publicitaria.
            A continuación analizaremos el impacto de estas mismas formas de proyección de la política en el campo militante.
            La modernidad ha traído consigo dos fuertes procesos de cambio en la cosmovisión de las sociedades occidentales. El primero se tradujo en  la deslegitimación de la política como actividad. El segundo, y consecuente del anterior, supuso la disociación entre la vida civil y la vida militante.
            A fin de abordar estos fenómenos, es posible trazar ciertos paralelismos entre las transformaciones  acaecidas hacia fin de la Edad Media en lo que refiere a la fundamentación de la guerra y los caballeros, y el declive de la actividad militante tal como fue concebida al interior del Movimiento Peronista.
            Así como en la Edad Media la figura del caballero fue desvaneciéndose y mutando hacia la del mercenario,  al desintegrarse la estructura que sostenía la fundamentación de su existencia- la fe en  Dios y la protección de su tierra, su Patria- en nuestros días la defección del militante peronista puede explicarse a partir de esa misma lógica. Muchos de  los militantes peronistas, despojados de una doctrina nacional, fueron convertidos en mercenarios  que  solo solicitan a fin de cada campaña su pago o parte del botín. 
           



            En ambos casos la actividad inicial fue desvirtuada a favor de la acumulación económica y el afán de privilegios, para lo cual la campaña es solo un medio y no un fin en sí misma.
            La causa evidente de este proceso de defección puede rastrearse en el desacople mismo de la matriz militante de la idea de lucha, vocación y servicio, asociada en nuestros días a la consolidación personal en un escalafón administrativo del Estado  y a la búsqueda particular de un beneficio financiero.
            Ante este estado de cosas, es preciso indagar sobre el fundamento, aquel principio rector y fundante de la doctrina peronista que  sus muchos dirigentes han dejado de portar, de la misma manera que la política en sí ha dejado de concebirse en su esencia, como un campo de delimitación del amigo y del enemigo. La política entendida como mera lucha por los recursos es negada en su naturaleza misma de enfrentamiento incruento y vaciada de todo contenido doctrinario axiológico.
            Recuperar el verdadero sentido de la política y la militancia exige entonces volver a organizar la comunidad, volviendo orgánicas las necesidades inorgánicas manifestadas en el seno del Pueblo, y a la vez  instalar el movimiento a partir del testimonio libre, comprometido y responsable de un nuevo espíritu militante.

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