Francisco analizó con Ban Ki-moon las crisis en Siria y Corea

martes, 9 de abril de 2013


El Papa recibió al secretario general de la ONU en una audiencia privada; además, en su misa, pidió evitar los "chismes"
CIUDAD DEL VATICANO.- En una reunión a puertas cerradas, el papa Franciscorecibió hoy en el Vaticano al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, con quien abordó las crisis en Siria y la península coreana.
En una reunión de veinte minutos en el estudio privado del Papa, los dos líderes mundiales analizaron la "grave emergencia humanitaria" en Siria y la crisis entre Corea del Norte y Corea del Sur, según informó el Vaticano.
Además, Francisco y Ban Ki-moon hablaron sobre la situación en África, "donde la paz y la estabilidad están amenazadas", de la trata de personas, en especial de mujeres, y de la situación de los refugiados y de los emigrantes.
En ese contexto, el Papa subrayó la contribución de la Iglesia Católica "en favor de la dignidad integral del ser humano"
El secretario general de la ONU asistió a la reunión acompañado por doce personas, entre ellas la responsable del plan para el desarme.
Según Ban Ki-moon, hay "ideas y objetivos comunes" entre la Santa Sede y la ONU, y remarcó que fue "un gran honor" reunirse con el Papa, "uno de los líderes espirituales del mundo".
Más temprano, el Papa recibió en audiencia al franciscano José Rodríguez Carballo, que fue nombrado el sábado último como secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

SIN "CHISMES"

Por la mañana, como es costumbre, el primer papa argentino celebró misa en la capilla de la residencia Santa Marta, donde sigue viviendo.
Ante personal del Fondo de Asistencia Sanitaria del Vaticano y de los Servicios Generales de la Gobernación, Francisco invitó a los fieles a evitar los chismes y los rumores, enemigos de la comunidad porque son "tentaciones del maligno".
"Cuando se prefiere chismorrear, hablar sobre otro, criticar un poco al otro, son cosas cotidianas, que nos ocurren a todos, también a mí, son tentaciones del maligno que no quiere que el Espíritu venga a nosotros y ponga esta paz, esta mansedumbre en las comunidades cristianas", dijo.
En ese sentido, el Papa recordó el comportamiento justo de un cristiano: primero, "no juzgar a nadie", porque "el único juez es el Señor". Luego, "estar callados" y si se debe decir algo, decirlo a los interesados, "a quien puede remediar la situación", pero "no a todo el barrio".

0 comentarios: