Médicos de San Miguel se capacitan en un hospital virtual

viernes, 26 de abril de 2013


Se trata del Centro de Simulación Medica Roemmers, a través de la implementación de prácticas con robots de alta tecnología, simulando situaciones de riesgo para la vida que requieren un entrenamiento muy minucioso y difícil de realizar en la vida real


El primer grupo de médicos del servicio de emergencias y del servicio de cardiología del Hospital Larcade de San Miguel asistieron al entrenamiento en el Centro de Simulación Médica Roemmers (SIMMER), una institución que concentra algunos de los recursos más sofisticados disponibles en el mundo para este tipo de capacitaciones y único, por sus características, en todo el país. A través de un acuerdo con la Secretaría de Salud del Municipio, Hernán Galimberti, director general de Hospitales, junto a 8 médicos de San Miguel tuvieron la oportunidad de acceder a esta herramienta fundamental para cumplir con uno de sus principales objetivos: lograr la máxima calidad de atención de sus pacientes a través de la formación continua.

Se trata de un hospital virtual de simulación de alta complejidad montado con todos los requerimientos asistenciales, pero con la novedad de que los pacientes son modernos robots que permiten adquirir todas las habilidades antes de tomar contacto con un paciente real.

Mario Russo, secretario de Salud de San Miguel, explicó que este punto es el más importante “porque en toda situación de emergencia el médico aprende con un ser humano, pero esta novedad permite practicar a modo de ensayo, a prueba y error”. De esta manera, el médico tiene oportunidad de aprender procedimientos invasivos como la colocación de catéteres, realizar suturas y realizar maniobras como las de reanimación cardiovascular sobre muñecos que hablan, respiran, transpiran y se quejan de dolor.

El procedimiento para ello es el siguiente: se lleva una historia clínica de un paciente “tipo” y se configura al robot para que se comporte de acuerdo al cuadro clínico. Además, los escenarios son especialmente montados para entrenar habilidades en distintas áreas de la medicina, simulando situaciones de riesgo para la vida que requieren un entrenamiento muy minucioso y difícil de realizar en la vida real.

Estos simuladores pueden hablar, pestañar, llorar, cambiar la coloración de sus labios por falta de oxigeno, se les puede tomar la tensión arterial, pulsos periféricos, colocar un tubo endotraqueal para conectarlo a un respirador artificial y hasta en algunos casos reconocen drogas administradas y responden a estas como lo haría un ser humano. 

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