La intención por parte del ejecutivo nacional de modificar el código penal actual desató un sin número de opiniones y posturas diversas. Todos estamos de acuerdo con que el problema de la delincuencia no se soluciona, en su aspecto de fondo, con represión, o penas más duras. Pero, también al flagelo criminal debe colocársele un límite firme y concreto lo antes posible.
Queremos decir que: Mientras se evoluciona en educación, formación de valores y criterios más humanistas para relacionarnos como sociedad dinámica, debemos a la vez usar la fuerza racional del estado para proteger a los ciudadanos que sufren muerte, dolor y avasallamientos por parte de una delincuencia desalmada que para robar unos pesos tortura a abuelos indefensos o ultraja a toda una familia. Ante esto, penas duras y efectivas para que quede bien en claro que el estado cumple su rol de dar mínimas garantías a sus ciudadanos.
Creemos que es adecuada la propuesta de Sergio Massa de realizar una consulta popular sobre un tema tan sensible para nuestra sociedad. NO se debe rebajar penas por graves delitos, todo lo contrario. Homicidios alevosos, violaciones, secuestros y narcotráfico, deben estar al tope de la más enérgica censura legal. De lo contrario el mensaje comunicacional que parece que el gobierno desea enviar a la población es de indiferencia y de una supuesta “complicidad” con los malvivientes.
No comprendemos la indignación de algunos por la propuesta de realizar una consulta popular. ¿A qué temerle? ¿Qué ejercicio más transparente que el de consultar concretamente al pueblo?
Claramente Juan Perón dijo: “La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo”.
Esta verdad Justicialista bien se podría aplicar a la actual coyuntura. Agregaríamos consultar al pueblo SIEMPRE ES BUENO.
Estamos convencidos que las democracias modernas van a aceitar cada vez más la directa comunicación con el pueblo. De esta manera los yerros serán menores y la comunidad nacional será mejor interpretada en sus anhelos e intenciones.
Cuidemos y mejoremos los gestos comunicacionales, cada palabra, acción y comentario genera una impresión en nuestros semejantes, y a partir de estos mensajes se genera la certera comunicación.
Es posible vivir en una sociedad más civilizada, más solidaria, para esto el básico y elemental principio de “Premios y castigos” debe funcionar en su aspecto jurídico. La anarquía es el principio de la disgregación comunal y el refugio del mal.
El narcotráfico debe detenerse, mata a nuestros jóvenes, mutila la voluntad de los individuos. Para el bien de las mayorías se debe limitar enérgicamente a los grupos de inescrupulosos que siembran insufrible dolor con tal de enriquecerse.
Sí a la consulta popular.
Máximo Luppino
Agradecemos la fuente smnoticias.com de Germán Marcucci
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