Los agentes reprimieron con gases lacrimógenos y ellos respondieron con sus armas tradicionales. Un oficial debió ser operado para extraerle la punta que tenía clavada.
La policía dispersó el martes con gases lacrimógenos una manifestación pacífica contra el Mundial-2014 protagonizada por indígenas y miembros de movimientos sociales que pretendían llegar al estadio mundialista de Brasilia, donde se disputarán varios juegos de la Copa y desde este martes se exhibía el trofeo.
Entonces, policías del Batallón de Choque dispararon gases que estallaron en medio del grupo de indígenas, quienes reaccionaron armando sus arcos. Un efectivo de la policía montada fue herido por una flecha disparada a corta distancia.
El indígena que la disparó fue detenido y liberado poco después. El oficial fue operado para retirar la punta clavada. Una moto de la policía también fue alcanzada por varios flechazos, mostró la televisión O'Globo.
Los choques se produjeron cuando los manifestantes intentaron llegar al estadio
"Espantar el mal"
Poco antes, cerca de medio millar de líderes indígenas de cien etnias de todo Brasil -incluido el jefe indígena Raoni, de 84 años, gran defensor de la Amazonia- subieron al techo del Congreso en reclamo de políticas para sus pueblos.
"Subir al Congreso fue un acto de valor, muestra que somos guerreros y defendemos nuestros derechos", dijo a la agencia AFP Tamalui Kuikuru, de la región del Xingú de Mato Grosso (centro oeste).
Los indígenas, que llegaron luciendo sus pinturas, plumas, arcos y flechas tradicionales, descendieron pacíficamente del techo del Congreso poco después, recorrieron la gran avenida donde se encuentran los ministerios y luego se sumaron a varios cientos de manifestantes anti Copa y del movimiento de los Sin Techo que marchaban hacia el estadio.
"SOMOS GUERREROS Y DEFENDEMOS NUESTROS DERECHOS"
"¿La Copa es para quién? ¡No es para nosotros!", clamaba poco antes de los enfrentamientos con la policía un manifestante por un altavoz. "¡La Copa no la quiero, quiero ese dinero para salud y educación!", gritaba.
Los indígenas iniciaron su protesta con rezos tradicionales al ritmo de maracas en la plaza de los tres poderes, flanqueada por los edificios de la Presidencia de la República, el Congreso y la Corte Suprema.
Algunos ancianos usaban humo para "espantar el mal", según explicaron a la agencia AFP.
Los indígenas han multiplicado sus protestas en la capital durante el gobierno de la presidenteDilma Rousseff, a la que acusan de frenar la demarcación de sus tierras ancestrales y de favorecer a los grandes agricultores.
Ola de huelgas
La manifestación ocurre en un contexto de protestas contra la Copa y huelgas en varios sectores a las puertas del Mundial, que se extenderá entre el 12 de junio y el 13 de julio.
Una huelga de conductores de autobuses paralizó este martes Salvador, una de las 12 ciudades sede del Mundial, lo que afectó a un millón de personas. En Río de Janeiro, una nueva paralización de 24 horas fue convocada a partir de las 00:00, hora local (03:00 GMT) del miércoles, dos semanas después de dos paros que dejaron unas 700 unidades depredadas.
Brasil fue sacudido por una ola de masivas manifestaciones durante la Copa Confederaciones en junio del año pasado, para reclamar que el gasto público en los estadios fuera redirigido a la salud, la educación y el transporte.
Las manifestaciones, que continuaron durante meses aunque con muchísima menos intensidad, han estado más vinculadas en las últimas semanas a movimientos sociales organizados, desde sindicatos a partidos de izquierda radicales, ONG críticas del Mundial, el Movimiento de Campesinos Sin Tierra o los Sin Techo.
Varios sectores, de policías a profesores, pasando por los conductores de autobuses de Río, San Pablo (sureste), Salvador y Sao Luis de Maranhao (noreste), aprovechan la cercanía de la Copa para pedir aumentos salariales y hacer huelga.
Los trabajadores del metro de San Pablo, que transporta cada día a 4,5 millones de personas,podrían paralizar el servicio el 5 de junio, una semana antes de la inauguración del Mundial en esa misma ciudad.
Los profesores de la red de enseñanza pública del municipio y del estado de Río de Janeiro también están en huelga, y el lunes unos 200 de ellos bloquearon brevemente la salida del bus que transportaba a la selección brasileña hacia su centro de entrenamiento.
Trabajadores de la salud de Río de Janeiro evalúan, asimismo, entrar en huelga. Los vigilantes bancarios de Río paralizaron sus actividades hace casi un mes.
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