Las olas del tiempo bañan las arenas del alma, mientras el peregrino detiene su marcha para mirar por solo un instante el camino recorrido. Es octubre y una media sonrisa se asoma tímidamente en un rostro poblado de vivencias, los ojos se humedecen, las lágrimas son mal reprimidas.
Un eco de bombos y consignas pueblan el corazón del viejo peroncho, Siente a Perón tan presente como siempre, es como una cuestión familiar más que cercana, un asunto de identidad, una arista que linda con las liturgias más dilectas de las filosofías más especialmente amadas.
Es que el hombre es PERONISTA de toda la vida y estamos en octubre, la lealtad al GENERAL la cuidó como se cuida a los jazmines más bellos.
Le gusta ignorar las estadísticas, hasta le encanta desafiar los cálculos decadentes de los “refutadores de leyendas”… Su vida pertenece al Movimiento y venera la bandera de la patria, sufre por Malvinas y se emociona con los paisajes de la Nación.
Trae a su mente las consignas de siempre: “Todo en su medida y armoniosamente” “La organización vence al tiempo” “Ni yanquis, ni Marxistas, PERONISTAS” “El hombre es artífice de su propio destino”… Y un millón de sentencias del genial LIDER.
17 de octubre, piensa, el primero sin Don Antonio Cafiero… el que testimonió 69 años el Día de la lealtad, ahora lo celebra desde el cielo. ¡y se fue en octubre! murmuro para sus adentros… No podía ser de otra manera.
Desde el solemne silencio de los temas profundos sabemos que millones de argentinos evocan con cariño y FE el día de la lealtad peronista, nosotros también nos sumamos al recuerdo de la gran gesta justicialista, y al igual que muchos lanzamos al viento nuestro grito de guerra: ¡¡¡ VIVA PERON CARAJO!!!... Y así le agradecemos a DIOS los días vividos y le pedimos que cuide a Don Antonio Cafiero…
Máximo Luppino
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