Otro de los anuncios harto repetidos en los medios se concretó: Martín Insaurralde volverá la semana que viene a la intendencia de Lomas de Zamora. Todavía no habló de su pase al Frente Renovador. Quizá no lo haga aún. Sí hizo referencia a la construcción con un grupo de intendentes con la mirada puesta en la provincia de Buenos Aires. Traducción: armar un proyecto que le devuelva protagonismo a la provincia más allá de quién sea el presidente. Lo otro se verá más adelante. El neoduhaldismo que se viene.
El último gobernador con cierta independencia que tuvo la provincia de Buenos Aires fue Eduardo Duhalde. Hubo una clave para que eso sucediera que fue la obtención del fondo del conurbano bonaerense. Eso le permitió no tener que golpear todos los días la puerta de la casa Rosada para que le den los recursos y poder gobernar. En la idea que tiene en mente Insaurralde qué es si no algo parecido cuando habla de la descentralización de los recursos para los municipios. Independencia económica lleva a la independencia política.
Muchos parecidos con Eduardo Duhalde con la salvedad de los tiempos modernos donde la comunicación ha cambiado. MI ya tiene a su propia Chiche. Jésica Cirio empezó a realizar tareas sociales desde Lomas de Zamora.
Quiérase o no, el ADN de Insaurralde es Duhalde puro. Es de Lomas, fue parte de la familia de Hugo Toledo – estuvo casado con su hija – mano derecha de Jorge Rossi cuando presidió Lotería de la provincia en tiempos del ex presidente. Y además, la idea de armar una liga de intendentes con identidad provincial es lo mismo que hizo Duhalde en la década del 90.
Nunca después un gobernador bonaerense pudo generar una red de intendentes propios que le responda sin pedir permiso en Olivos. Eso tiene una razón fundamental que supo manejar Néstor Kirchner: la billetera. Ni más ni menos.
En las charlas que Insaurralde tiene con los jefes comunales este tema surge de manera permanente. Nadie quiere quedar otra vez atado a los designios exclusivos de Olivos en el dinero y el armado de las listas.
En tiempos de Duhalde todo se discutía en las secciones y se lo llevaban al gobernador que a lo sumo sugería alguna modificación en las listas. Con Néstor Kirchner esa lógica cambió y todo se definía en su lapicera. En eso Insaurralde y los suyos quieren volver a los viejos tiempos con modales renovados.
Mientras tanto, las especulaciones se multiplican como la que habla de una posible fórmula provincial con Jesús Cariglino, quizá el intendente en ejercicio con mayor identificación histórica con Duhalde. El primer paso ya está dado.
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