Escuchamos a quienes desean suscribir la acción del Santo Padre a “celestiales asuntos” como si DIOS abandonara el universo de la creación en manos de un caprichoso desorden.
Recordemos que la INFINITUD es una “cualidad” divina y que el SER y el NO-SER en un punto de entrelazan. Que lo manifestado es contenido por el gran Manifestador. Deseamos afirmar que TODO es incumbencia de la religión y de las altas filosofías.
Fiel a este pensamiento cada hombre puede actuar en los planos que desee. La política esta ejercida por hombres, tan hijos de DIOS, como los músicos, obreros o estudiantes, donde hay vida está el altísimo presente, agregaríamos que sentimos y pensamos que HAY VIDA por doquier.
Lo alto y lo bajo, lo terreno y divino son consideraciones de un laberinto intelectual que cada individuo teje en la soledad de sus insondables criterios.
Lo concreto, divino y real, es que nuestro Papa FRANCISCO fue artífice de un insospechado hecho político que conmueve al mundo. Los Estados Unidos de Norte América y la hermana república de CUBA vuelven a dialogar, a reanudar contactos diplomáticos. Seguro es el principio de un orden más justo y equilibrado para todo el continente Americano.
Los adoquines de Buenos Aires enseñan, los barrios periféricos profesan poesías cristalinas entre sus calles de tierra y la sombra de los gigantescos álamos.
Sano orgullo argentino sentimos por FRANCISCO. Mentor de unión y entendimiento, rogamos a DIOS que el Santo Padre sea “Profeta en su propia tierra”.
El que Estados Unidos y Cuba retomen relaciones es una señal navideña, una muestra de que el BIEN se impone, Todo marcha hacia el BIEN FINAL.
La impronta divina está presente en la mano rugosa y cálida del hombre del “fin del mundo” el Papa FRANCISCO.
Máximo Luppino
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