Una marea humana de
profunda indignación marchó estoica en profundo respetuoso silencio. Los
rostros mojados disimulaban algunas lágrimas vertidas en emoción compartida.
Fue el 18F una fecha
que parece marcar una determinación social rotunda: “¡Deseamos una democracia
completa, con todos los atributo de una república!”
Los paraguas del 18F
enviaron un fuerte mensaje al mundo, la gente reclama vivir en paz sin
antagonismos, sin divisiones inventadas por fanatismos sectoriales.
La “clase media” fue el
ideal del justicialismo, los hijos de obreros y empleados surcaron con éxito los
claustros universitarios en busca de una superación personal para la
construcción de la tan anhelada “Comunidad Organizada”. Por esto es difícil comprender
las críticas hirientes que se lanzan a este sector por algunos funcionarios que
se dicen peronistas.
La Clase Media trabaja
para superar las duras penurias económicas de los hermanos carenciados; a la
vez que no pretende la extrema acumulación de bienes materiales de la
minoritaria clase alta. Por esto “clase media” es en Argentina un IDEAL DE VIDA,
un concepto cultural definido. A tal punto que muchos necesitados abrevan intelectualmente
a pautas definidas de la clase media, como algunos sectores de gran poder
adquisitivo siguen comulgando con los hábitos comunes de la mayoría cultural de
la Nación.
Atacar a la “clase
media” significa intentar vulnerar los cimientos propios de la ARGENTINIDAD. Lo
que se aproxima en nuestro país es un profundo reconocimiento a la gente
pacífica y buena que con paciencia siempre construye trabajando para un país mejor.
El reclamo de auténtico diálogo y tolerancia es el verbo que pronto se
conjugará en nuestra bendita sociedad.
“Clase Media” una
avenida de encuentro nacional, un paraje de esperanza infinita, un IDEAL que
clamó ser reivindicado bajo multicolores paraguas en una tarde de nostálgica
lluvia.
Máximo Luppino
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