La lluvia desciende generosamente abrumadora sobre multicolores paraguas. Las gotas de agua cristalinas acompañaban un silencio nostálgico de interrogantes sin respuestas. Simplemente se recordaba al que partió, al que se fue repentinamente más allá de las nubes grises de humanas compulsas.
¡Podemos pensar distinto!
¡Podemos caminar por diversos senderos!
¡Podemos igual sentir el mismo AMOR por nuestra bandera!
La lluvia continuaba cayendo solemne e intrépida como si quisiera bendecir las esperanzas forjadas por una pacífica multitud. Todos respiramos los mismos anhelos bajo el manto azul de la suprema bondad de DIOS.
¡Que los impiadosos no nos dividan!
Hijos del mismo afán ARGENTINO dejemos que la lluvia nos purifique con su poética dulzura…
#18F a favor de la Nación, como esta lluvia amiga que riega las flores de nuestra ALMA…
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