El acuerdo de Scioli y Coll Areco levantaron la temperatura de la campaña en San Miguel

Sin dudas, la decisión de Daniel Scioli de sumar al senador Alfonso Coll Areco a su espacio para disputar la intendencia de San Miguel es una acción a varias bandas. Es sabido desde hace tiempo que el gobernador de Buenos Aires tiene una espina clavada con el distrito a partir de la decisión del intendente Joaquín De La Torre de pasar al massismo cuando consideran en La Plata que recibió mucho apoyo para poder mantenerse como jefe comunal. Y recuerdan las varias visitas del apoyo al distrito como el pedido personal del mandatario a Franco La Porta para que no sea candidato en 2011 a los fines de favorecer la reelección del actual jefe comunal. Toda esta historia que es pasado, ayuda a entender por qué Scioli busca algo más con San Miguel.

A los hechos hay que remitirse. Cuando no había bendecido a ningún candidato para intendente en la provincia de Buenos Aires, el año pasado, en pleno desarrollo del Mundial de fútbol, el gobernador le levantó la mano al ex futbolista Carlos “Chino” Tapia. Lo que se dice un golpe de efecto en plena fiebre futbolística. Y lo sostuvo hasta que pudo. Guste o no, hoy el ex Boca no aparece como alguien con serias posibilidades de hacerle cosquillas a Joaquín De La Torre.

Hay otras opciones dentro del sciolismo que vienen construyendo su camino. Sin dudas, quien más militó la calle es Juan José Castro. Y Franco La Porta, desde un cargo importante en el gobierno provincial, no olvida sus orígenes en el distrito. Ambos arman y esperan sabiendo que Scioli había fijado su prioridad en Tapia. Es más, La Porta viene proponiendo la unidad del espacio donde no descarta ser él quien encabece el mismo para disputarle poder a De La Torre.

Pero con Coll Areco, Scioli cumple con su cuota de “maldad” más que nunca. Primero porque lo muestra como un trofeo que le sacó al massismo e incluso a Macri donde el senador había estado conversando antes de cerrar con los naranjas. Y también hace algo que lo incomoda a De La Torre más que ninguno de los otros precandidatos. Es así aunque se trate de llamarlo de cualquier otra forma. Las declaraciones a favor de Randazzo no parecen ser casuales y demuestran un claro mensaje a Scioli. Así será. De La Torre cargará contra Scioli, nunca contra Coll Areco.

Es obvio, porque así lo ha hecho siempre, que Joaquín De La Torre difícilmente se ocupe de declarar algo en contra de Coll Areco. Como dicen en su cercanía es darle entidad a quien para ellos corre muy detrás en las posibilidades electorales con el jefe comunal.

Pero es innegable la molestia que causa la presencia del senador haciendo campaña en el distrito. Se conocen todos mucho. De la Torre sabe las fortalezas y debilidades de quien fuera su hombre de confianza durante tanto tiempo. Pero Coll Areco también conoce cada una de ellas.

Las conversaciones locales giraron.Integrantes del oficialismo se ocupan de saber en qué anda su anterior compañero. Le sacaron la mirada al resto de la oposición. Se viene una campaña con muchos vericuetos.

De hecho, este sábado el senador salió a denunciar que patrullas del municipio intentaron correr los puestos donde se hacía propaganda del candidato. Y antes había dicho que impidieron el alquiler de una oficina para su campaña en Bella Vista. Acciones que muestran el nivel de enfrentamiento. Si esto empieza a así, cabe preguntarse hasta dónde llegará la escalada. 

Luego de esta situación, Coll Areco dijo que “los vecinos de San Miguel esperan propuestas y quieren una campaña pacífica, no puede ser que mi gente que está trabajando tenga que bancarse este apriete”. Y más adelante le manifestó a El Embudo: 

“Entiendo el nerviosismo que causa mi candidatura a intendente y la perspectiva de triunfo que significa Daniel Scioli” y cerró diciendo que “es evidente que marcamos la agenda política de San Miguel y lo estamos haciendo a pulmón. Le agradezco a Scioli, Alberto Perez y a su equipo político la confianza y el apoyo. Estén tranquilos que el distrito va a ser recuperado”. 

Sin dudas, una muestra más que la puja política va en serio.

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