¡SUFRE LA BONDAD!

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Sobre los sangrientos atentados terroristas en Francia, el Santo Padre FRANCISCO dijo: “No entiendo estas cosas, hechas por seres humanos. No hay JUSTIFICACIÓN RELIGIOSA NI HUMANA. No es humano”

Estamos alejados de todo concepto imperialista, ejercido por las potencias reinantes, que un grado significativo “generaron” este absurdo sangriento y demencial que se denomina TERRORISMO.  Pero cabe subrayar que las acciones criminales extremistas NO poseen justificación alguna. 

La complejidad conceptual artificial en la cual parece estar sumergida una fracción del pensamiento “moderno” olvida calificar las situaciones concretas con el nombre correcto que debe denominarse. Las acciones terroristas están sustentadas en la negación del BIEN, esto es en el MAL mismo. Que se alimenta del fanatismo suicida, de la ignorancia reinante de creer que existe un dios vengativo y criminal. Sugestiones arcaicas y retrógradas que son resucitadas por un pequeño puñado de patibularios malignos, que instigan al suicidio y al odio más nefasto que la humanidad registre.  

El Estado Islámico no sólo mata a supuestos enemigos, acribilla poblaciones árabes que pertenecen a otras tribus o que no comparten sus funestos criterios. Inducen a chicos, casi niños a ejecutar personas ya indefensas en el nombre de un dios que sólo reina en los lúgubres pantanos de sus desviadas mentes.

DIOS es AMOR INFINITO. Alegría y BONDAD más allá de nuestra modesta humana comprensión.  Jamás es motivo de violencia. Hacer sufrir a la creación, matar en su nombre es una blasfemia injustificable, provenga de las cruzadas cristianas o de los fundamentalistas talibanes.  

Que la belleza, que es hermana dilecta de la VERDAD, ilumine los oscuros rincones de las psiquis erráticas para volverlas al sendero del orden cósmico.

Sufre la BONDAD que en cada hombre de buena voluntad reina. El BIEN es inspirador y contagia alegría y dicha. La muerte es la negación de la LUZ, sólo el compartir el positivismo concreto nos libera del odio demencial.

¡DIOS SIEMPRE CUIDA A SUS HIJOS!




Máximo Luppino

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