¡BRINDEN TRABAJO!

viernes, 29 de abril de 2016

Todo despido contiene una dosis tremenda de violencia e indiferencia. 

El sentimiento de ser útil enaltece el ALMA, fomenta la autoestima espiritual imprescindible para combatir los duros embates del egoísmo y la molicie. 
Horribles palabras son: echar, despedir, expulsar, prescindir. La primera consigna de todo gobierno es la de generar empleo, de dar trabajo, de fomentar la ocupación de la población toda. Los “números” y estadísticas nada significan si hay hermanos desocupados, jóvenes sin inserción laboral, personas maduras descartadas por un sistema funestamente utilitarista. 
El dinero obtenido de la especulación financiera o la usura es una maldición que corroe la belleza interior de los individuos, convirtiéndolos en zombis autómatas sin creatividad alguna, casi desalmados sin compasión. En cambio, los que ganan su sustento en productiva labor trasmutan las monedas en sana satisfacción y felicidad creciente. La ocupación laboral fomenta la integración social y el desarrollo de valores éticos comunales. 
Esperamos que el gobierno mire menos las pizarras financieras de internacionales cotizaciones y observe tiernamente el corazón de un pueblo que quiere SER útil a fundacionales ideales de cristalina argentinidad. 
Detrás de las estadísticas hay mujeres, madres, hijos y abuelos que padecen la indiferencia de un estado enamorado de los holdouts rapaces y usureros que pretenden condenar a nuestra gente.  ¡Despierten, por favor!, siempre existen alternativas que están hermanadas con la sensibilidad de los que menos tienen. 
La indiferencia popular indefectiblemente conducirá al gobierno a un abismo sin retorno. Aún se está a tiempo de modificar el rumbo y alinearse con los sentimientos patrióticos de nuestros próceres.  
¡Brinden trabajo susurran las populosas barriadas cual un clamor de insondable necesidad! ¡La desocupación es demasiado dolor y angustia, además de ser una mala consejera! Accedan señores funcionarios al pedido de los miles de crecientes desocupados y de aquellos que poseen temor por su futuro. Hoy la gente se lo suplica, mañana se lo pedirán, pero cuidado un día se lo exigirán...
Si Mauricio Macri confronta con aquellos que ruegan estar ocupados sería un error catastrófico, quizás el principio del fin de una confianza que día a día se deteriora a agigantados pasos.
Nuestro pueblo sólo está deseando tener trabajo, aquellos empleos que ustedes prometieron en campaña electoral que iban a abundar en nuestro sagrado suelo. 
¡Brinden trabajo!
      
                                                   Máximo Luppino

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