CRISTINA: ¿LA CÁRCEL O LA GLORIA?

viernes, 15 de abril de 2016

Sin medias tintas, el cielo o el infierno. Cristina Kirchner, una política heroica y preocupada por los necesitados para un sector, la jefa de la asociación ilícita de mayor índice de corrupción de la historia argentina para otros. 

La sociedad nacional posee ya un dictamen claramente redactado en su mente, grabado con intolerante pasión en el corazón ¡Culpable indiscutida, inocente absoluta!, la mayoría de la gente oscila entre estos dos conceptos irreconciliables.  
Lo sumamente preocupante es que ninguno de estos fragmentos enfrentados en sus rotundos conceptos va a dar valor a las designaciones judiciales. Queremos decir claramente que es tan fuerte el prejuicio existente en uno y otro sentido que parece poco importar la proclama legal. Tal es el índice de extrema politización que NO se está dispuesto a aceptar como válido y cierto lo que los señores jueces dictaminen a respecto de la culpabilidad o inocencia de la ex presidente. Esto es peligrosamente inaceptable, ya que atenta contra el orden más básico que una sociedad democrática debe tener. A la vez que refleja, una vez más, la tremenda crisis de valores y prestigio que sufre nuestra comunidad. Parece que “toda” autoridad está cuestionada. 
Una guerra de rumores puso a trabajar como nuca la “radio pasillo” y los chimentos visitan el cielo augusto de Zeus, como también nadan en ríos de azufre hirviendo del atroz infierno. 
Ya la modesta “grieta” se convirtió en la Falla de San Francisco, línea divisoria que debemos corregir para vivir en paz. 
Mientras la economía lacera los hogares argentinos, despidos, tarifas encumbradas más inflación vertiginosa ponen de a prueba el humor nacional. 
Quizás la historia vuelva a encontrarse con una Cristina devota del poder, o los días venideros nos muestren nuevos liderazgos con distintas perspectivas. Hoy no lo sabemos, lo que sí afirmamos es que TODOS debemos desarrollar la paciencia y la tolerancia en el respeto inquebrantable para con la opinión y creencias de nuestros semejantes. 
La patria y su pueblo está mucho más allá de cualquier cuestión que nos pueda enfrentar como hermanos que somos. 
Rogamos a DIOS nos ilumine en la templanza de vivir con dignidad, cariño y firmeza los días futuros que se exhiben como una prueba de fuego para los argentinos.
        
                            Máximo Luppino

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