La humanidad, en sus primitivos días, construía “MUROS” para protegerse de sus enemigos, para resguardarse de lo que temía y pensaba que la amenazaba.
Desde hace mucho tiempo se tomó conciencia de que la herramienta de subsistencia de los pueblos es su CULTURA, y no un montón de piedras apiladas.
Encerrarse es temer, aislarse es involucionar, creer que una sola nación es “propietaria” de la verdad y todas las demás civilizaciones son “convidadas de piedra” en el gran banquete del conocimiento cósmico de DIOS es auténticamente torpe con un desagradable condimento de maldad.
Donald Trump, a contrapelo de la inteligente sensibilidad humana, decide construir un muro con su vecino país de México. Una característica de la necedad es insistir en el error; entonces Trump, actuando en consecuencia con esta verdad, pretende “obligar” a México a pagar una obra material que E.E.U.U. decide unilateralmente edificar ¡INSÓLITO, y profundamente provocador para el pueblo mexicano!...
El MURO de Trump es un gigantesco paredón de aislamiento para con el universo. Los ladrillos de Trump son la negación infantil y caprichosa de no aceptar la grandeza de otros pueblos con su propia impronta de identidad cultural. Es miedo a la realidad de un gran planeta político de naciones que es interdependiente e interactúa entre sí. Cuando la VERDAD no es aceptada como tal con su luminoso atuendo de realidad, se está cometiendo un gravísimo yerro.
El “MURO” de Trump atrasa más de 20 siglos, llega muy tarde en las coordenadas históricas del terreno tiempo. El mundo latino conquistó para bien culturalmente gran parte de la sociedad norteamericana. Desde su sublime arte en poesía y música, hasta con sus comidas artesanales que desplazaron en una medida la profana y enfermiza “comida chatarra” yanqui.
El “MURO” Trump está condenado a caer antes de ser construido. Los países miran incrédulos a un E.E.U.U que está renunciando voluntariamente a un rol protagónico en la política internacional del planeta.
La carta de triunfo de México es la Virgen de Guadalupe, esa virgen morena que nos habla con AMOR de la integración de los pueblos más allá de su color de piel. Esa gentil Madre de DIOS en la que el Santo Padre FRANCISCO, en su visita a la tierra azteca, rezó devotamente a sus pies.
El “MURO” de Donald Trump pretende provocar y agredir a todo el mundo latino.
¡Hoy, TODOS SOMOS MÉXICO!
Máximo Luppino
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