EL CORAZÓN NO OLVIDA

martes, 5 de diciembre de 2017


Es la dulce juventud un estado pujante y maravillosamente atrevido del humano ser que se “cura” con el tiempo. 
Pero si charlás con el viento, si llorás con la lluvia y reís con las flores, siempre serás joven por más que las arrugas visiten tu rostro o los huesos rechinen dolorosos de tanto en tanto. La fuerza de los ideales y de tu misión seguirán dándote la potencia que necesitás para avanzar en tu afán de servicio al prójimo. 
Nuestros mayores merecen respeto, cariño y cuidados. 

Nuestro Santo Padre FRANCISCO dijo: “Los pueblos que no cuidan a sus mayores no tienen futuro” 
El diputado del Pro- Cambiemos, Pablo Tonelli, refiriéndose a la Reforma Previsional impulsada por el gobierno nacional afirmó: “Los jubilados pierden plata, pero no poder adquisitivo”. Tonelli parece desconocer las rígidas reglas del salvaje capitalismo. En el mercado te llevás lo que se puede pagar, lo demás queda ofertado en las frías góndolas del desalmado comercio. Otra posibilidad es, tal vez, que el diputado en cuestión quiera defender lo indefendible y ante la cruel realidad de que nuestros abuelos ganarán menos, es decir, sufrirán más, “inventó” este cruel e irreverente acertijo que suena a “tomada de pelo”. Con este criterio que los señores diputados se bajen el sueldo, total tendrán mayor poder adquisitivo (según Tonelli).
Una Nación puede ser observada por el FMI, o tener una mala calificación en su Riesgo  País, inclusive puede no ser visitada por el mandamás de algún sanguinario imperio reinante, pero si educa a sus jóvenes y cuida a sus ancianos tendrá un futuro maravilloso como Nación. 
Cuidar a los mayores significa que no les falte alimento, remedio, lugar donde vivir y agradecimiento de la sociedad en todo momento. 
Se baja las jubilaciones y aumenta tarifas de gas, electricidad y agua, además de un 6% en combustibles (un 20% en lo que va del año), doble golpe a la sociedad. 
La tercera edad es un tiempo de consagración. La Madre Teresa de Calcuta acentuó su amorosa santidad en el aparente otoño de sus años. 
El líder mundial de mayor influencia en el planeta es nuestro Papa Francisco, su sonrisa bendecida por su constante alegría trasmutaron sus arrugas en sensibilidad social constante. Cuando se trabaja con amor los años llegan llenos de bendiciones. 
El Estado a través de sus diversos gobiernos debe facilitar la vida de nuestros abuelos, a ellos les debemos buena parte de nuestra existencia. Es muy miserable tratarlos como despojos o entes en desuso, mientras ellos nos regalaron todo lo que tenemos. 
Las leyes tienen que estar en armonía con la impronta de evolución universal y bienestar social. Nuevas leyes para una mejor vida de nuestros padres. Lo contrario es un ruin negocio que asesina a los mentores de nuestra existencia. 
¡El corazón no olvida!
¡DIOS ilumine a nuestros gobernantes!

            Máximo Luppino

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