Derecho sagrado es el de una humanidad feliz y realizada en su mítico potencial divino como hijos del poder cósmico del AMOR. Sí, DIOS nos “pensó” alegres y bondadosos, marchando hacia nuestra herencia de infinitud dichosa.
¡Todo lo que se aproxima es para BIEN!
Tenemos derechos y obligaciones para con nosotros mismos, los cuales repercuten en toda la creación. Los pensamientos son fuerzas vivas que traspasan los muros de los incrédulos y los abismos desérticos de los ignorantes. Simplemente las ideas cabalgan los vientos indómitos de la VERDAD científica, llegan hasta donde tienen que hacerse presentes.
Ser positivos, sí, a pesar de los aumentos de luz, agua y gas. Sí, más allá del aumento clásico de enero de combustibles y peajes. Sí, trascendiendo la nueva cotización ascendente del dólar. Sí, superando el golpe de ingratitud que se propinó salvajemente a nuestros abuelos. Sí, feliz igual, con jubilaciones recién a los 110 años. Sí, adelante igual.
Con el ARA San Juan que partió en misión patriótica para plantarse en el océano de la gloriosa historia ARGENTINA con el sagrado testimonio de 44 nuevos héroes; con las amargas sospechas de negligencia y corrupción por sobre la inmaculada tripulación que cumplió drásticamente su juramento a la patria. Los que lucraron con la vida de nuestros hermanos, que la misericordia divina los alcance. Para los cánones terrenos son “ratas de alcantarilla”.
Claro que cargamos penurias personales y dolores que parecen perseguirnos cual fantasmas en las oscuras noches de ausencia de FE. Pero el derecho en misión sacra de ser felices nos llama siempre a continuar para saber que hay momentos secretos de profundo reencuentro con la vida.
Ser felices saltando “La grieta” y trascender los sentires de Cristina y de Mauricio. De los periodistas bufones del poder de turno y de los pregoneros de la “Argentina triste” que es un reflejo de su mediocridad. En cuanto, desde las barriadas más humildes, asoma siempre una luminosa esperanza en un futuro infinitamente mejor. Ellos, los “ciudadanos de a pie”, son la grandeza de la Nación.
El pueblo marcha hacia su destino de luz, sin importar demasiado que los funcionarios nacionales de primer nivel posean sus fortunas en el exterior y que veranean en manada en la glamorosa Punta del Este… Mar del Plata es un tanto “grasa” para los “incorregibles chicos del Newman” y Córdoba parece federalismo impropio para su linaje unitario.
El BIEN SUPREMO se impone gracias a sus celestiales alas de luminosa VERDAD. DIOS nos habla desde nuestro despierto corazón.
¡Muy feliz 2018!
Máximo Luppino
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