LA POLÍTICA, EL ESTADO Y LA COMUNIDAD, SEGÚN EL MARCO TEÓRICO DEL PERONISMO:

domingo, 28 de enero de 2018


  “Nadie gobierna sin el concurso organizado del pueblo.”

JUAN PERÓN

El objetivo de estas humildes letras es asistir al debate sobre El Estado y la comunidad que se está dando en estos días y que a nuestro entender no es abordado desde la perspectiva nacional, ni respeta la tradición filosófica- política del peronismo, ni como Doctrina Nacional, ni como tradición institucional. Lo que empeora tal situación, es que a todas luces, el gobierno ha lanzado un plan con sus intelectuales orgánicos para establecer una Argentina pre- peronista, con un pueblo sin conciencia de sus derechos y despojado de su propio ser.

Sentimos la necesidad de realizar este pequeño documento, porque notamos que el debate en cuestión pareciera  ser: la calidad institucional y de la gestión de los recursos del Estado frente al populismo, otorgándole al pensar nacional y a su doctrina ese carácter, so pretexto de que a “la gente”, no le importa lo que pensamos, sino que espera que le resolvamos sus problemas cotidianos, separando una vez  más el pensamiento de la acción, como si toda acción de gobierno no se desprendiera de la cosmovisión e intereses del mismo.

Tras esta muletilla tan racional, pareciera que no debería haber oposición, ya que es claro para todos que,” la gente elige a sus dirigentes”, sin embargo esto esconde en primer lugar la intención de dejarse conducir  por lo urgente, lo cual hay que atender, por no haberse dedicado a lo importante, y lo más grave intenta deslegitimar la política como única herramienta de transformación y conducción de los conflictos sin la opción de la violencia, ya que ésta es su esencia. Sin ideales, no existen propuestas, ni planificación y obviamente nunca llegarán las soluciones.

La cosmovisión actual bajo las palabras  racionalización y republicanismo, le quita los derechos adquiridos por nuestros abuelos, se reducen las asignaciones universales por hijo, la pensiones a nuestros veteranos, se  niega la soberanía argentina sobre nuestras Islas Malvinas y el Atlántico Sur, sube las tarifas de los servicios básicos en plena expansión inflacionaria, vuelve a llevar a nuestros trabajadores a situaciones indignas y pone la especulación financiera por encima de la matriz productiva, ésta es la mirada de los grupos económicos concentrados, que ya no tienen intermediarios que los representen, sino que gobiernan directamente e intentan volver a sus privilegios de la Argentina pre- peronista, conculcando los derechos conquistados por el peronismo. Lo llevarán a cabo con letra o con sangre, con letra, desplegando el odio contra los representantes populares y cuando no alcance, como decía Sarmiento: “ la letra con sangre entra”. Y no dudan en reprimir, ni en infiltrar la protesta social, para que luego, sus medios masivos de comunicación puedan deslegitimarla y borrar la violencia institucional y hacer foco en los excesos, por sus agentes provocados.   

Y en esta situación debe centrarse la agenda y el diseño orgánico del peronismo, si es que quiere volver a conducir el frente nacional, sin depender de dirigentes iluminados, ni poner el problema electoral sobre el problema político, que es retomar la iniciativa, y arriesgar a favor que nuestro pueblo retorne al poder.

Lo que hace más dura esta lucha, es ignorar que para el Peronismo no existe el término, la gente, o se trata de masa o se trata de pueblo, claro que ese es el verdadero trabajo a realizar, y este es, a largo plazo, ya que hay que reconstruir lo que la anti-política destruyó.

Nuestra hipótesis es que con este método lejos de buscar la tan mentada calidad institucional, lo que se busca es retornar y consolidar el sistema demo-liberal del siglo XIX y principios del  XX.

Tanto, liberales, como socialdemócratas sostienen:

Que el Estado genera la Nación.
Que las instituciones democráticas están por encima de los intereses nacionales.
Que la política se basa solo en la buena administración de los recursos del Estado y que es la buena administración y la lucha contra la corrupción por si sola lo que  va a solucionar los problemas de “la gente”,  sin necesidad de dar forma orgánica de la comunidad.
Este sistema se apoya en un sistema de partidos para unos y sin partidos para los más extremistas.
Es decir entonces que para este tipo de pensamiento:

                  Las instituciones demo-liberales son intocables y que “la gente” debe ajustarse a ellas para vivir una democracia plena.

El Peronismo en cambió revolucionó esta construcción artificial, sistematizando y poniendo en marcha La Nación Argentina. Sosteniéndose en supuestos totalmente distintos y creó un modelo forjado a través de siglos.

A saber:

La Nación es preexistente al Estado.
Las instituciones deben ser producto de la idiosincrasia y necesidades del pueblo en una época concreta.
Lo político es esencia y no convención, por lo tanto nunca existió un estado apolítico, ni una política asocial.
La política peronista cree que la comunidad se da el Estado que necesita, ya que este es un Instrumento propio  para administrar su patrimonio.


Jorge Garrido

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