Cuando un niño nace, se origina una nueva galaxia en el diáfano espacio sin fin. Sabemos de la interrelación de la vida. El universo respira al compás de los latidos de tu corazón. La vida pugna por manifestarse. Nada produce más frustración y dolor que las oportunidades extraviadas, nada más triste que negar un abrazo de un inocente bebé. El mayor dolor es negar el bien de lo que debió SER y no permitimos existir.
Todo lo que vemos necesita nacer. Nace el día con sus poderosos y bellos rayos de luz que motiva el canto de los pájaros y el florecer de los pimpollos cargados de dulces perfumes de alegría. Nacen las estrellas junto a tus sonrisas. Nace la esperanza cuando ves al débil y extraviado tornarse fuerte y orientado. Todo tiene un origen y siempre es para BIEN. Permite, mamá, nacer a tu hijo, ÉL te dará las gracias por siempre, más allá del frio imperio del terrestre almanaque.
Sí a la vida, NO a la interrupción de la existencia.
No te niegues a vos misma mamá, el primer balbuceo que desembocará en un inolvidable “¡mamá, te quiero!”. Las gateadas, los primeros pasos, sus sonrisas de AMOR y el primer día de clases, todo es una sinfonía de felicidad sin parangón.
¡Permitamos que una nueva galaxia se origine, permitamos nacer a nuestro hijo!
Máximo Luppino
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