TARIFAS ALTAS, SUELDOS BAJOS

domingo, 11 de marzo de 2018


¿Cómo se evalúa si un gobierno es bueno o mediocre, lindando las fronteras del fracaso, caminando hacia el abismo del total descrédito?

Los economistas tecnócratas y sus acólitos periodistas gobiernodependientes lanzan al viento un manantial de cifras, cálculos y matemáticos argumentos que causan que aún el desocupado más desafortunado de la república deba agradecerles a los funcionarios de turno el maltrato recibido.
En verdad, el ciudadano de a pie, el que vive del salario ganado por su labor, suele comparar lo que adquiría tiempo atrás, su poder de compra, con lo que puede adquirir actualmente, de esto resulta un drástico e irrefutable resultado con una sentencia más dura que cualquier relativa y mediática consideración.   
Agobiadas las familias por recibos de montos escalofriantes provenientes de servicios de luz, agua y gas, aprecian deteriorado su sueldo. Sin capacidad de respuesta, trabajan para ser cada día más pobres. Mientras les cuentan qué malo era “regalarles la luz, gas, transporte y demás”, ahora reflexionan que esta “justicia” con las multinacionales las está marginando de todo progreso posible, dejándolas indefensas ante un capitalismo despiadado que no cuida a los trabajadores.
¿Un celular es un lujo, unas vacaciones son vedadas, un viaje en avión es indigno para un laburante? ¿Ver fútbol por televisión fue la causa de “todos los males”, mientras alegremente los “dueños del mundo” sustraen nuestro oro con el permiso del gobierno?
Si trabajás y el dinero NO te alcanza para lo que antes SÍ te alcanzaba, entonces la calificación de los actuales funcionarios nacionales deberá estar en el ámbito del más contundente aplazo. Hasta quizás caiga en el abismo de los números negativos. 
Claro está que no abogamos volver al pasado, ni sumergirnos en el “túnel del tiempo”. Sólo pensamos que se puede entronar un gobierno con mayor sensibilidad social y espíritu patriótico.
En Europa, más precisamente en España, le preguntaron a nuestro ministro de hacienda Nicolás Dujovne ¿Cómo pretendía motivar inversiones extranjeras en Argentina si él mismo siendo ministro posee su capital en el exterior? Un incómodo silencio imperó en la sala de conferencias. Es que TODOS los ministros tienen sus millonarios capitales “trabajando” lejos de nuestra Nación. Claro, es que el grado de compromiso con la patria es poco menos que nulo. ¿Quién “vende” lo que uno mismo no está dispuesto a comprar en ninguna circunstancia?
Góndolas con alimentos caros, combustibles muy altos, impuestos propios de países desarrollados… Aquí rezamos para que no se corte la luz al primer trueno de tormenta o meditamos para conectarnos a internet (el más lento de América) 
Con sueldos dignos, los empleados gustosos pagarán el precio de los servicios y comprarán bienes para que la familia progrese. Entonces la economía florece. Ahora, si el laburante no tiene “rupias” en el bolsillo, todo se complica y cae. Así surgen los atrevidos e impropios “Hits del verano” canturreados en todo tiempo y lugar. 
Con salarios acordes, los maestros mejor enseñarán. Con remuneraciones acordes, los trabajadores más producirán, entonces la sociedad comenzará a experimentar un círculo económico virtuoso que influirá en el desarrollo intelectual y espiritual de la población.     
Una señal positiva e inequívoca de FE en el país sería que TODOS los funcionarios traigan al país sus ahorros. Así quizás contagien a otros. Nadie convence si no está convencido.
¡Argentina y su pueblo esperan un gesto de grandeza de sus gobernantes!

          Máximo Luppino

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