Los imperios siempre conquistan, usurpan, avasallan y roban las riquezas de otras naciones, los bienes que pertenecen a otros pueblos. Llegan matando y mutilando, dejan dolor, miseria y hambre detrás de sus huellas de misiles y vejámenes.
La verdad y los derechos de la gente quedan tapados por el humo de la metralla. Luego, sin pestañear ni sonrojarse, se autoerigen como los “campeones de la democracia y las libertades individuales”. Pero su desvergüenza llega mucho más lejos, califican de corruptos a gobernantes de otros países, mientras ellos bañan de sangre todo territorio que saquean criminalmente.
Hace pocas horas atrás los Estados Unidos de Norte América con Gran Bretaña y Francia bombardearon Siria, la ambición ilimitada de poder y petróleo de estos estados es directamente proporcional a su descaro, ya que bombardearon, dicen, para combatir un gobierno sirio dictatorial… Si te duele la cabeza, los yanquis te ayudan decapitándote. Así no tendrás más dolor.
Gran Bretaña mantiene invadidas, usurpadas nuestras Islas Malvinas, sin más derecho que el del uso de las armas. Los EEUU apoyan este latrocinio. Las Naciones Unidas durante décadas manifestaron en votación soberana de países miembros que las Malvinas le pertenecen a nuestra nación. No obstante, continúa la usurpación, la pesca y explotación petrolera en nuestro mar austral. Los imperios sólo respetan “la verdad de las armas humeantes”.
La Antártida y la Patagonia Argentina están en la agenda de territorios a invadir por “los gendarmes del mundo”. Lo sucedido con el submarino Ara San Juan no es casual, la hipótesis de un ataque inglés cada vez cobra más forma. Ya apareció un radiograma oficial del Ara San Juan donde indica su proximidad a Puerto Argentino, identificando naves usurpadoras del enemigo invasor.
Con desventajas claramente evidentes nuestros 44 marinos héroes acudieron gustosos a cumplir su patriótica misión. El espíritu Sanmartiniano de patria está intacto en nuestras fuerzas armadas.
La Miami que tanto añoran algunos tendrá riquezas ajenas, disimuladas entre los cientos de lujosos hoteles y la infraestructura inmobiliaria profana emparentada con Sodoma y Gomorra.
Defendamos nuestra integridad territorial, defendamos lo nuestro que por divino derecho nos fue otorgado. Somos hijos de una estirpe de criollos valientes y decididos que forjaron una nación con identidad propia.
Ante un gobierno nacional que parece poseer una escasa vocación patriótica, es la ciudadanía la que debe hacer sentir su profundo sentir malvinero.
Nuestras fuerzas Armadas poseen su vocación intacta, sólo debemos equiparlas con las herramientas que les permitan ejercer su nacional patriótico desempeño.
El soberano SOL argentino brilla en todo nuestro territorio, Malvinas continúa siendo LA GRAN CAUSA nacional.
Mientras, los imperios continúan despojando.
¡Las Malvinas son argentinas!
Máximo Luppino
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