El 22 de mayo fueron detenidos cerca de una veintena de dirigentes sindicales, Néstor Segovia a la cabeza. Son conocidos como los metrodelegados. Los trabajadores de subterráneos se encuentran en conflicto desde hace tiempo, de manera similar como lo están los docentes y tantos otros gremios más. El punto es que las paritarias con un techo del 15% de incremento que pretende el gobierno en los sueldos parece un genuino despropósito, ya que la inflación anual superaría el 30% según se desprende de los más optimistas cálculos aritméticos.
El gobierno de “Cambiemos” pretende que los trabajadores acepten acordar una ostensible pérdida en sus remuneraciones mensuales que ya fueron depredadas por una galopante inflación.
Las protestas sociales se han potenciados en los últimos días. Un dólar que acarició los $26, una suba de precios en los alimentos básicos necesarios para toda familia, sumado al “acuerdo” lúgubre con el FMI dibujan un panorama muy complicado desde lo social.
Sólo la acción política humanitaria e inteligente puede destrabar esta puja por el irrenunciable derecho a comer, vestir y proyectar una existencia digna.
Los “privilegiados” que tienen sus alimentos cotidianos asegurados, nos hablan de “aplicar la ley”. Mientras, los empleados y desocupados claman, gritan, paran y luchan para poder comer a diario.
“Esa populista costumbre de comer” es el adversario de los planes asfixiantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) que oprime a los pueblos de naciones en desarrollo para someterlos a una despiadada usura que brinda ganancias espurias a los países poderosos del mundo.
Con “palos” no se conduce a los obreros de nuestra nación. El general J.D. Perón decía “La fuerza es el derecho de las bestias”. La persuasión, junto a salarios dignos, es garantía segura de paz social duradera.
Claro que nuestra gloriosa Nación ARGENTINA no es Canadá ni Australia, la inmensa mayoría del pueblo ama su bandera y nuestra propia identidad como república soberana desde lo cultural.
Desde siempre fue mejor ser “Cabeza de ratón a cola de león”. Hay países con vocación de satélites y otros con total y plena conciencia de Nación soberana.
En esta semana de mayo nuestra patria debe reafirmar su impronta de patria libre. Los gobiernos deben aprender que “sin la gente” no hay éxito posible. La patria no es un asiento contable. Argentina es espíritu vivo de un pueblo pacífico, pero indomable para con quien pretenda sojuzgarlo.
Los garrotes sublevan a los mansos, el respeto y la justicia hacia la gente genera gobernabilidad duradera, lo demás es una locura de pseudo dirigentes trasnochados.
A la Patria la sostienen los hombres de trabajo, no ciertos funcionarios que poseen sus “ahorros” millonarios en dólares en el exterior. Mientras, esos mismos ministros les niegan un equiparamiento salarial a los empleados de la nación.
Los obreros guardan en la memoria del ALMA que sus mejores días fueron peronistas y hoy sufren un ninguneo insoportable.
Esperemos que DIOS ilumine el corazón de nuestros gobernantes, son momentos de sabiduría humanitaria, no de garrotes para con los mansos.
A los que desean pelear les recordamos que hay invasores en nuestras Malvinas, peleen contra el vil usurpador. No marchen contra sus hermanos argentinos, no es de valientes golpear a obreros indefensos. Luchen con bravura contra el invasor inglés.
Confiamos en el sentido del BIEN que debe imperar siempre, sobre todo en los que dirigen los destinos de nuestra bien amada nación Argentina.
Máximo Luppino
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