El fin jamás justificó los medios para los seres reflexivos, sencientes y pensantes, ¿se puede permanecer en la mentira para alcanzar la VERDAD? Claramente NO. Los medios y el fin que perseguimos son en realidad parte del mismo sendero de aprendizaje y experiencia que nos conduce al conocimiento completo y profundo de nosotros mismos.
Interrumpir un proceso de embarazo (Aborto) es definitivamente anular, destruir y matar al SER VIVO que nosotros mismos hemos convocado a través de nuestras personales conductas.
Falsas rebeldías, sentimientos homicidas ataviados de “libertad individual” se han aseñorado en una sociedad adolescente que pretende ejercer la irresponsabilidad como “una forma de vida. Mejor dicho, de NO vida”. Nuestra existencia es también perteneciente a la humanidad toda y a sus más dilectos y evolucionante principios.
Somos parte de un TODO que nos atraviesa y contiene. Llamalo naturaleza, DIOS, destino cósmico o como te sea más propicio. Lo cierto es que más allá del nombre tenemos obligaciones de vida para con el resto de la creación reinante. No hay lugar para “modas suicidas” o “caprichos sectoriales” de quienes se creen “hijos únicos” de un universo infinito.
Interrumpiendo un embarazo, además de MATAR una vida, laceramos gravemente el concepto fundacional de FAMILIA, destruimos esa célula básica social que trasmite los valores permanentes de la sociedad mundial.
Los cimientos de la humanidad son cruelmente atacados por los apóstoles oscuros de la decadencia y la involución.
Cuida hermano la VIDA. Cada ser es único e irrepetible, una galaxia maravillosa y creativa en sí misma.
Peticionar libertad para mutilar es un despropósito en sí mismo, un error dentro de una pesadilla sin fin
Cuidemos las dos vidas. Cuidemos TODAS las vidas. Que la muerte no sea un “moda” sin retorno, callejón lúgubre de un destino sin días para las futuras generaciones que quieren VIVIR.
Máximo Luppino
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