OBLIGADOS A TIMBEAR

miércoles, 13 de febrero de 2019


¡Un país que no produce, agoniza! 
¡La timba financiera es la guillotina de la producción!
La oscuridad de la realidad económica nacional supera a la más negra noche sin luna de esperanza que hallamos imaginado. Los datos periodísticos nos hablan de que cierran 20 PYMES por día y unos 80 negocios bajan sus persianas en cada atardecer, acorralados por el monstruo insaciable de las crueles tarifas eléctricas, de gas, agua, más cargas impositivas asfixiantes para la subsistencia económica. 

Las pequeñas y medianas industrias son el gran motor ocupacional de la Nación. Además de constituirse en una expresión genuina de la cultura argentina. Suelen ser emprendimientos familiares que conforme progresan incorporan operarios y empleados que se constituyen en parte activa de un grupo emocional de laboriosidad y afecto. Lejos de colocar al capital como un despiadado dios tribal, las PYMES instalan al ser humano como eje de su acción progresista. Producen para concretar sueños familiares de adelanto y evolución social. Creemos no equivocarnos si afirmamos que las PYMES son una expresión de la argentinidad pujante y solidaria que soñaron nuestros abuelos. 
Hoy no es viable una inversión para producir o negociar, la única salida decorosa para una acción monetaria es la timba, bonos, plazos fijos, el dólar, oro o títulos de cualquier cosa que representen a fin de mes el cobro de intereses. Las reglas de juego son despiadadas para el que desea producir; en cambio, la apuesta a monedas extranjeras y los depósitos bancarios ofrecen una renta segura. Es un camino hacia la terapia intensiva de la economía real de una Nación. 
El “mejor equipo de gobierno” de los últimos 50 años resultó una burla cruel, una pesadilla continua que amenaza con la reelección de su mentor. Imaginemos un segundo periodo gubernamental de Cambiemos. El ser reelectos los coloca en la posición de profundizar sus recetas económicas, toda vez que sentirán que la población los avaló con su voto en elecciones libres. 
Parece que no sólo agoniza la economía, la acción política está jaqueada por la inoperancia propia de oficialista y opositores ¿Nadie se atreve a soñar con una Nación con ocupación laboral creciente? ¿Alguien piensa en que se puede limitar el saqueo urbano de los “motochorros? Parece que debatimos sobre todo y no solucionamos nada. Cada pequeño problema es alimentado por el fruto de las propias torpezas hasta agigantarlos inusitadamente. 
Una sociedad en la que la frustración se constituye en un triste lugar común es penosa y no digna para el indomable espíritu humano. ¿Dónde quedó la ambición recia de nuestros viejos antecesores? Aquellos que vinieron con una “mano atrás y otra delante” y ayudaron a forjar una Nación. 
Sí a la producción, basta de timba que mata el esfuerzo voluntarioso de la comunidad. Un país de valientes desprejuiciados sueña con progreso y libertad, no con plazos fijos. Seamos un poco más atrevidos que “muertos vivos” en un sistema que pretende cerrar las puertas de la inspiración y la creatividad. 
Los políticos de todos los partidos deben inyectarse una dosis de patriotismo, así la adrenalina de las acciones positivas atempere sus motivaciones y propuestas. Necesitamos liderazgo en el pensamiento pujante, positivo y sobre todo concreto que establezca una Argentina con mano de obra creciente fruto de una economía sana, consecuencia de la producción que debemos exportar al mundo. 
Sabemos que las “segundas líneas” de dirigentes políticos honestos están empujando para surgir, ellos poseen la FE que los viejos de espíritu tienen adormecida. Los que se atrevan a sentir la evolución social en sus venas serán bendecidos por el apoyo popular.
¡DIOS guarde a nuestra amada Nación ARGENTINA!

           Máximo Luppino

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