Entre el resultado de las primarias en La Pampa primero y ahora los guarismos de las elecciones en Neuquén, que dejó tercero cómodo al candidato de Cambiemos, más un dólar que cual alpinista compulsivo no cesa de trepar, se están diseñando unos días difíciles para Mauricio Macri.
En Neuquén se miraba quién salía debajo, en este caso Rioseco se impuso a Quiroga. Esa fue la noticia oscura para Macri y el dato tan requerido por los analistas políticos y laboratorios electorales.
Todos miramos a Neuquén atentamente sin dejar de oír los altisonantes tambores de protestas de los Radicales en Córdoba, un fundamental bastión electoral del presidente de la Nación. En esta importante provincia en cuanto al número de electores se refleja un acalorado enfrentamiento entre Mestre y Negri. La casa Rosada, en la voz de Marcos Peña, habla de no admitir internas en Cambiemos. Mientras, Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza, pidió que las diferencias se diriman en las PASO, que desde Balcarce 50 no quieren otorgar. Un desafío más a los naturales mandos de la Rosada. En el estado que se encuentra Cambiemos no puede dejar heridos y disconformes en la provincia
Jujuy, en manos de Gerardo Morales, también desdobla sus elecciones provinciales. La “hora señalada” será el 9 de junio próximo. La “rebelión en la granja” se generalizó en todo el amarillo espectro. Si Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal permanecen firmes acatando las órdenes de Mauricio, el resto es un gallinero alborotado por los números en baja de la imagen presidencial. A pesar de la lealtad de Vidal, no son pocas las voces que presionan cada vez con mayor insistencia su convicción para que la gobernadora de Buenos Aires sea la candidata a presidente de Cambiemos, o al menos la vice de Mauricio.
Estamos presenciando una posible diáspora de la alianza gobernante, es la anarquía del “sálvese quien pueda” y cada gobernador e intendente atiende su juego, es decir su territorio y la posibilidad concreta y anhelada de ser reelecto. Todo político desea escapar a esa horrorosa y fantasmagórica calificación de “Los sin tierra” por aquellos que no poseen gobernaciones e intendencias de su propio color político que respalde su accionar.
Pero quizás la peor noticia la dio la verde divisa que llegó a cotizar a más de $43 y produjo un temblor bursátil de magnitudes considerables. El miedo volvió a apersonarse en comercios y pymes. La economía argentina estará siempre caminando entre las ciénagas de la incertidumbre mientras naveguemos entre dos monedas: una formal, nuestro peso ahora ataviado con pintorescos animales, y el poderoso DÓLAR que reina en las reales esferas de poder y comercio en gran escala. Tan golpeada es nuestra moneda propia que el dólar emerge como una necesidad de muchos pequeños ahorristas para combatir algún tanto la siniestra inflación reinante.
Si algo faltaba habló Marcelo Tinelli: “Tanto Macri como Cristina son caras de la misma moneda, ya tienen el boleto picado. Hay que pensar en una tercera fuerza de opción válida”… Las derrotas dispersan las tropas, mientras que las victorias aglutinan voluntades. Es la única explicación posible a tantas voces ansiosas de mostrar su disconformidad con la actual situación sociopolítica.
Las próximas horas serán cruciales. Son tiempos de calma y templanza. Lo que está en juego es el destino de nuestra amada Nación. Sabemos que muchas cosas buenas se aproximan para los argentinos.
¡DIOS ilumine a nuestros dirigentes!
Máximo Luppino
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