Enrique Emiliani
Católico, Argentino y Peronista. Vecino de Bella Vista, Partido de San Miguel. Abogado. Casado, 6 hijos, 1 nieto. Político retirado. Escritor de a ratos.
¿Dónde te tocó hacer la cuarentena?
En mi casa, con mi mujer, mi suegra, 5 de mis 6 hijos y mi nieto de 3 años.
¿Cómo la vivís?
En lo personal, fue un tiempo fructífero para mi enriquecimiento espiritual y cultural,para escribir, trabajar en modo remoto lo que se pudo desde casa, y para fortalecer la vida en familia y las relaciones interpersonales y comunitarias con cada uno de sus integrantes. Desde ese aspecto, fue un buen tiempo qué de otro modo, por mi habitual ritmo laboral, no hubiera disfrutado, en mi casa.
Pero, Perón nos enseñó, entre tantas, dos cosas: 1.- que no se puede ser feliz en un pueblo que no es feliz, y 2.- que la persona humana necesita y tiene derecho a un bienestar espiritual, afectivo y material (Congreso de Filosofía, Mendoza, 1948). Entonces he vivido y vivo esta extraña y confusa cuarentena con la preocupación que me genera, como a tantos argentinos, el proceso de empobrecimiento material de millones de compatriotas y el proceso de profundización de la quiebra de la economía y del patrimonio nacional.
¿Qué opinás de las versiones que se difundieron sobre el origen del coronavirus?
No me cabe ninguna duda de que esto ha sido provocado intencionalmente, y que es el principio de un nuevo ordenamiento mundial tendiente a dominar a la humanidad como nunca antes, a través de guerras bacteriológicas, pandemias provocadas, pérdidas progresivasde la libertad y de la dignidad, restricción de derechos humanos y aniquilación de las identidades culturales. Una dominación instrumentada a través del miedo, de las tecnologías, de medidas de seguridad restrictivas de la libertad, de novedosos protocolos de aislamiento, de un discurso único bajado desde los medios masivos de comunicación y organismos como la ONU, del empobrecimiento cultural, educativo y material de la ciudadanía, y del debilitamiento de las democracias y la extinción de las repúblicas. Me vienen a la memoria dos novelas: Fahrenheit 451, de RayBradbury; y 1984, de George Orwell.
En noviembre de 2019 se realizó en EEUU un simulacro de Pandemia que afectaría al mundo. El simulacro se llamó Covid-19. Bill Gates, presente en el congreso del simulacro (entre otros personajes nefastos de las corporaciones y los buitres que dominan y destruyen la humanidad) anunció luego que una pandemia afectaría al mundo.
¿Cuál crees o imaginás que será el desenlace?
Ésta pandemia, desde el punto de vista médico, terminará con la llegada de la primavera. Pero habrá comenzado el nuevo ordenamiento mundial. El 1% de la población mundial será mucho más rica que ahora, y el 99% del resto del mundo será mucho más pobre. Los Fondos Buitres arrasarán con las economías mundiales y los patrimonios de las Naciones Estado, las grandes corporaciones multinacionales querrán profundizar e imponer el reemplazo de trabajadores por la robótica, y la flexibilización extrema de las condiciones laborales en perjuicio de los trabajadores del mundo y sus derechos. Los países como Argentina, los países hermanos latinoamericanos, los africanos, verán arriadas sus banderas históricas de la lucha por la liberación de los pueblos: la soberanía política, la independencia económica y la justicia social. La ONU, brazo diplomático de las grandes potencias, tendrá vía libre para obligar a las personas a colocarse el chip que, con la excusa del terrorismo, tiene proyectado desde años que todos lo tengamos incorporados en nuestros cuerpos antes del 2030. Será otro instrumento de dominación, y de marginación. No vacunados y sin chip, serán los parias de la Tierra.
¿Crees que este es el mayor problema que padeció el Mundo en lo que va del siglo XXI?
De ninguna manera. En el mundo hoy mueren por segundo 7 chicos por desnutrición o enfermedades curables: un genocidio silencioso del que pocos hablan, y del que son responsables las grandes potencias, los fondos buitres, las corporaciones multinacionales, las empresas de medios de comunicación y las dirigencias políticas y empresariales. A ese drama se pueden agregar otros como por ejemplo: la tragedia de los millones de personas que carecen de agua potable y que viven en la pobreza o la indigencia, la desigualdad criminal en la distribución de la riqueza producida con el esfuerzo de los trabajadores, la explotación de mujeres y niños en el turismo de prostitución, los abortos de miles de bebes por nacer con malformaciones (al mejor estilo Nazi); las persecuciones religiosas y étnicas actuales en el Medio Oriente; la masacre del Pueblo Palestino; la diáspora del pueblo Sirio.
Estos son algunos de los verdaderos y trágicos dramas de la humanidad en el Siglo XXI, y de antaño. El coronavirus es una gripe altamente contagiosa, pero menos letal que muchas otras enfermedades.
¿Y la Argentina?
De ninguna manera puede pensarse con razonabilidad que el Coronavirus pueda ser el mayor problema del Siglo XXI en la Argentina. El nuestro es un país castigado con otros males muchos más graves, como, entre otros: un endeudamiento feroz (desde la Dictadura Militar del 76), con una pobreza creciente que ya raya el 45% de la población,con una democracia cada vez menos participativa y cada vez más formal, con una dirigencia política, empresaria, periodística y sindical cada vez menos nacionalista, cada vez más enriquecida y corrupta, cada vez menos demócrata y alejada de las necesidades del Pueblo y de la Patria; cada vez más materialista, individualista, corrupta y liberal.
Hoy, al 26.4.2020, hay en el país cerca de 12.000 infectados de Dengue, y menos de 4.000 de Coronavirus. A la fecha, desde el primer caso de Coronavirus, murieron en el país más de 28.000 personas por diversas causas; de Coronavirus sólo 179.
Y si queremos comparaciones históricas: en el Siglo XIX murió el 20% de la población de la ciudad de Buenos Aires a causa de la fiebre amarilla. Equivaldría a que hoy murieran alrededor de 700.000 personas. Pero el país siguió funcionado. En la Batalla de Maipú, en la que San Martín liberó a Chile, murieron en un sólo día más de 1000 argentinos, compatriotas que dieron su vida por la Patria, que cruzaron heroicamente una inmensa cordillera, muertos de frío y de hambre, para liberar la América del Sur del Imperialismo Español. En la década del 50 (la Resistencia Peronista) y en las del 70 y 80, miles de compañeros y compañeras perdieron la vida, su libertad, sus bienes o sus familias, para luchar contra las dictaduras y por la liberación.
Entonces, ¿a qué todo ese miedo que no dejan de inocular los noticieros? ¿por qué tanto sometimiento de la población al aislamiento social y obligatorio? ¿qué salud pretende cuidarse con la cuarentena si el daño moral, psíquico, familiar, educativo, cultural, espiritual y religioso que se está causando con todas las medidas del aislamiento obligatorio son y serán muchos más graves? ¿cuántas operaciones se están dilatando, cuantos diagnósticos preventivos no se están realizando (mamas, melanomas, diabetes, etc.) o se están demorando a causa de la cuarentena; cuantos morirán mañana por ello?
El gobierno alega que basa las extensiones de la cuarentena previo escuchar las opiniones de los infectólogos y especialistas; pero, en una república dónde uno de sus principios son la publicidad y la transparencia de los actos de gobierno, ¿por qué no se transmiten en vivo a la población esas reuniones, o por qué no se publican sus opiniones y conclusiones? El Pueblo tiene derecho a saber, y no basta con una clase de facultad y con filminas dadas por el Presidente cada dos semanas. ¿O por qué tenemos que enterarnos de las conclusiones de los especialistas a través de las entrevistas con personajes harto conocidos por todos nosotros, como Nelson Castro, Marcelo Bonelli, Adrián Ventura; si ya sabemos para qué equipo juegan?
¿Qué te dejó esta experiencia?
Por todo lo antedicho, en lo personal y familiar, un tiempo fructífero para fortalecer el espíritu y los afectos, a pesar de las dificultades económicas, para enfrentar con dignidad y libertad el mundo que vendrá y nos querrán imponer.
Como ciudadano y como Peronista, ésta experiencia, aun no concluida, me deja una sensación mezcla de bronca y decepción. No se puede hacer historia contra fáctica, tal como me enseñaron en el profesorado de historia de la UNGS, pero a mi modo de ver Perón y Evita hubieran abordado éste tema de otro modo, con un criterio más nacional, más realista en lo geopolítico, y más integral desde lo humano.
Hoy no hay federalismo en el país (como casi nunca lo ha habido): los gobernadores de las provincias que apenas tienen casos de Coronavirus siguen igual acatando mansamente las directivas del gobierno central. ¿Por qué? Porque si no,no les giran fondos.
Hoy no funciona la República: el Congreso no funciona, y la Justicia tampoco; todo el poder constitucional se ha concentrado en una sola persona. Los diputados y senadores no se reúnen. ¿Por qué? ¿No podrían hacerlo en un estadio techado y sentados en sus bancas en gradas a distancia? ¿No pueden trasladarse en autos desde sus provincias? ¿Tienen miedo? ¿De qué? Sí Belgrano, Juana Azurduy, MacachaGuemes y Artigas hubieran tenido miedo la Patria no sería libre.
Hoy no funciona la República: tanto la CSJN como la CJS de la Provincia de Buenos Aires, y de las demás provincias, no han autorizado la reanudación y el funcionamiento pleno y virtual de los Tribunales Nacionales y de las Provincias. Ello constituye una grave violación al derecho humano de acceso irrestricto a la Justicia, y una demora injustificada que lesiona derechos de toda índole. Un ejemplo: llevo adelante un amparo de salud de una joven de 28 años que se puede quedar ciega porque su obra social le niega una operación y tratamiento, y la justicia civil federal donde tramita la acción de amparo de salud me negó el habilitamiento de la feria extraordinaria dispuesta por la CSJN y no se dicta entonces sentencia, y se “desampara” a la víctima. La Corporación Judicial tiene jueces que ganan entre 400.000 y 500.000 pesos por mes, pero hoy ni siquiera trabajan desde sus casas resolviendo casos urgentes o al menos poniendo al día miles de causas que tienen demoradas y atrasadas en sus juzgados, lo cual implica una tácita denegación del derecho a la justicia. Ya lo decía José Martí, la demora de la Justicia equivale a la denegación del derecho a la misma. Por otra parte, tampoco funciona hoy la república porque el aislamiento social obligatorio es inconstitucional y ninguna corte o tribunal dice nada al respecto.
Por todo ello, es negativa la experiencia que como argentino me deja esta determinación de aislamiento social obligatorio, dónde nadie niega que podrán salvarse hasta un par de miles de vidas, pero el costo espiritual, moral, psíquico, físico, familiar, económico, y laboral que se la hará a la gran mayoría de la población y al patrimonio nacional, tal vez el día de mañana nos demuestre que fue mucho más grave y mayor.
Fuente: Nueva Agencia de Noticias
Tweet |
0 comentarios:
Publicar un comentario