El descuido criminal de negligentes irresponsables está ocasionando una dramática situación en la querida localidad del Bolsón en la Patagonia Argentina. El incendio forestal es de tal magnitud que está amenazando poblaciones cercanas al mismísimo casco céntrico de la mencionada ciudad.
Las voraces llamas, incontrolables hasta este momento, consumieron ya más de 10.000 hectáreas de bosques arbóreos de variadas especies. Daños inconmensurables en la ecología de la paradisiaca localidad de nuestro amado Sur. Animales de granja y autóctonos pagaron con sus vidas la delictiva actitud de individuos desaprensivos. Más de 250 brigadistas combaten el siniestro. Gran parte de la población local se suma voluntariamente a esta lucha tan calamitosa. Como siempre sucede, combatientes de siniestros ígneos de todo el país acudieron en solidaria actitud a enfrentar esta triste situación. Además del trabajo efectivo y fraternal del Ejército Argentino y otras fuerzas de la Nación que junto al pueblo del cual se nutren despliega todo su potencial operacional para frenar las llamas infames.
Los incendios en muchas ocasiones son intencionales. En el Delta del Paraná, en Entre Ríos, Córdoba y en campos de toda la república son instrumento perverso de posibles “negocios inmobiliarios”. Asesina actitud que sacrifica al medio ambiente por un puñado de monedas que serán causantes de una gran desdicha colectiva. Las penalidades judiciales deben extremarse y estar a la altura del insondable daño que causan los delincuentes ecológicos o los no menos culpables “distraídos” egoístas que no quieren asumir compromisos comunales y prefieren ignorar la importancia sublime de un solo árbol consumido por la irresponsabilidad vergonzosa de su errática conducta.
La ley penal debe aplicarse con “mano de hierro” para los desaprensivos que matan la inmensa generosidad del planeta, que es el gran hogar de la humanidad toda.
Altas temperaturas, viento en contra y sequía pronunciada fomentan la catástrofe. A muy poca distancia del casco céntrico del Bolsón, el fuego avanza, especialmente en la ladera este del cerro Piltriquitrón donde los brigadistas vivieron en varios momentos situaciones de riesgo y debieron ser rescatados con helicópteros de las llamas envolventes.
Debemos ampliar nuestra conciencia cívica. Lo que sucede más allá de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es de interés supremo para la República Federal que tenemos que alimentar con hermandad patriótica. La comodidad particular atenta drásticamente el sagrado interés comunal. La holgazanería en las situaciones que vivimos es un verdadero “pecado mortal”. El gran poeta ALMAFUERTE diría: “De tus sueños de holgazán no hables, porque tienen que ser muy miserables”.
Desplegar una educación generosamente concreta y práctica reflejada en conducta concreta es un imperativo ineludible. Tenemos que “Educar al Corazón”. La solidaridad salvará a la raza humana.
Un arbusto, una ardilla, toda hebra de pasto cuenta y mucha e incalculable es su suprema importancia. Las personas debemos madurar en nuestros conceptos éticos. En el compromiso social fraternal se encuentra la dicha del planeta.
Nuestro corazón está luchando junto a los pobladores del Paralelo 42, del Bolsón, el Hoyo, Lado Puhelo y demás que atraviesan esta auténtica penuria. DIOS nos brinde ánimo y templanza para vencer el fuego artero y la irresponsabilidad criminal de algunos.
¡Los buenos ejemplos alimentan los ideales de las ALMAS despiertas en la solidaridad!...
Máximo Luppino
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