Patricia Bullrich renunció a ocupar cargo electivo alguno luego de perder la pulseada para ser candidata a cabeza de lista por el espacio de Horacio Rodríguez Larreta en las elecciones legislativas del presente año. El lugar “natural” considerado por muchos de Patricia fue ocupado por la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal. Quien luego de perder estrepitosamente su reelección en manos de Axel Kicillof se colocó el más conveniente de los paracaídas políticos y aterrizó en un “campo de combate” más propicio para las amarillas huestes.
Mauricio Macri, padrino de la candidatura de Bullrich, a presidir las fuerzas de Cambiemos en la Ciudad Autónoma no pudo imponer su voluntad política y quedó desairado ante la determinación de Larreta-Vidal. Los discípulos parecen querer volar más alto que el mentor del PRO.
Claro que los que conocen a la “Pato” saben que esto no fue tomado como un chiste por la voluntariosa exministra de Mauricio. En verdad saben que Patricia Bullrich en una leona herida. La que dice renunciar a todo cargo ya actúa como una determinada candidata a presidente para el 2023. Bajo el inteligente ropaje de apoyar a “todos” los candidatos de Cambiemos, en realidad Bullrich comenzó a transitar el escabroso sendero de su propia candidatura a presidente.
Nadie debe subestimar la capacidad de trabajo de Patricia, quien de muy joven fue miembro activo de la Juventud Peronista en su versión más dura. Estuvo entre los “imberbes echados de la plaza” por el General Perón. Luego, la exmontonera adhirió a la renovación de Antonio Cafiero. Militó con Menem, Duhalde y con Juanjo Álvarez en el municipio de Hurlingham entre muchos otros. Recordado es su tránsito como ministra de Fernando de la Rúa. Mucha participación en tan variada como vertiginosa carrera la condujo hasta Mauricio Macri. Desde Montoneros a Mauricio con llamativas estaciones intermedias, pasando por festejar en la embajada Estadounidense el día de la independencia del “gran país del norte” a un presente de candidata presidencial, nos habla a las claras de una persona con fuerte vocación de acción protagónica siempre.
Cuentan que la “Pato” supo compartir largas tertulias con célebres agentes de la Inteligencia Israelí (MOSAD). Relaciones, Patricia posee por doquier…
Rodríguez Larreta sabe que cuenta con un apoyo formal a la vez que con una competidora prematura real dueña de una voluntad relevante. Cambiemos tendrá la mirada repartida entre la fuerza peronista competidora y la “leona herida” que cabalga con un látigo de reproches profundos para con sus compañeros de ruta.
Bullrich es un cuadro político inestable, que bebió de las más diversas vertientes ideológicas. Le sobran argumentos para casi “cualquier cosa”. Competir con dirigentes del PRO es un deporte para Bullrich más que una preocupación.
Mujer de “armas llevar” nunca se dejó intimidar por “cuatro gritos”. No le teme a los “locos”, ella se siente “dueña del manicomio”.
Nuestra política jamás aburrirá al atento observador. Todos deben ser cuidadosos al momento de elegir compañeros de camino.
El tiempo sabrá juzgar la presencia de auténtica vocación de servicio o sólo una desmedida pleitesía a nuestro propio gigantesco EGO…
Máximo Luppino
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