Derecho a elegir y obligación de sufragar. Situación difícil de compatibilizar desde los augustos principios filosóficos. Si una situación es un DERECHO, de ninguna manera puede ser una “obligación”. Circunstancias estas que se resolverán con más ejercicio cívico responsable.
Los argentinos nos habituamos a votar con sana regularidad. A a tal punto, que de alguna manera parece fastidiarnos, olvidando todo lo que la Nación luchó para obtener este derecho básico para una sociedad soberana de sus decisiones. Muchas personas dieron su vida para que nuestra Nación pueda elegir libremente a sus representantes según lo designa nuestra sabia Constitución.
Cada sufragio mostrará al mundo la realidad que impera sobre algunas mentiras mediáticas: Los argentinos NO quieren abandonar su terruño, no tiene una admiración encantada de “otras latitudes”. Nuestros conciudadanos están en verdad orgullosos de muestra Nación con su noble historia diamantina a cuestas. Un puñado de “miserables de espíritu” no representa la valentía indómita de nuestra gloriosa ARGENTINA. ¡Vamos a sufragar con cristalina dicha! Es un ejercicio insoslayable de nuestra democracia.
Así es que debemos ejercitar la conciencia de la mano de la minuciosa introspección. Acudamos a votar con resolución y alegría. Es un DERECHO que costó mucho sacrificio obtener.
El tiempo que deambula inmutable por el sendero de las humanas experiencias cual un cosechador incansable recoge sin pausa el fruto de nuestra siembra. Semillas acuñadas en hechos concretos, en acciones cometidas en el transcurso de nuestra vida. Es ni más ni menos que la ley de Causa y Efecto. El “siembra vientos y recogerás tempestades” dicho miles de veces por nuestros abuelos.
El sabor será amargo o dulce dependiendo de cómo hemos tratado a nuestros semejantes. Más aún afirmamos que el sabor mental que gustaremos dependerá de nuestra interacción más íntima con la creación toda. Siempre, absolutamente siempre estamos a tiempo de mejorar nuestras actitudes. El BIEN tiene forma de ángel paseando por un jardín lleno de bellas flores de augusta inspiración.
EL domingo 12 de setiembre en nuestra patria se llevarán a adelante las elecciones Primarias Abiertas simultáneas y Obligatorias (PASO) para decidir candidatos de las distintas fuerzas políticas y frentes electorales. Elijamos con fuerte determinación, orgullosos de nuestra elección. Eligiendo estamos ejerciendo el derecho sagrado de establecer quiénes nos representan.
Recordemos que debemos tener un compromiso definido y voluntarioso con la dignidad, la ética nacional y sobre todo abrazar constantemente los “Círculos virtuosos”. En la virtud reside el BIEN y la libertad.
Integración e igualdad de derechos es una constante a edificar incansablemente.
Los desairados con ellos mismos, los “guapos de pelotero”, aquellos de falsa maduración creídos que las cejas ceñidas y cara dura los hace adultos, deberán pasar por el sano tamiz de la sencillez y la sonrisa amable para con todos.
Argentina elige a los hombres y mujeres que los representarán en los cuerpos legislativos comunales, provinciales y nacionales. Es una jornada valiosa y sumamente importante. Honra este día de conquista con la conciencia propia de lo que significa este día histórico para el pueblo de la patria.
Desde la Quiaca a la Antártida Argentina, nuestra bandera ondeará con renovada dicha. La soberanía se ejerce desde las pequeñas situaciones cotidianas que nos marcan el rumbo a seguir.
Elijamos a nuestros representantes pensando quiénes defienden los interese nacionales, destacando a aquellos que sienten auténtica pasión ARGENTINA, a los que saben que las MALVINAS SON DESDE SIEMPRE ARGENTINAS, a los que jamás entregarán nuestra Patagonia ni nuestra plataforma submarina. Esto es honrar nuestro suelo y el ALMA de cada argentino.
¡DIOS, todopoderoso ilumine a nuestro pueblo a la hora de sufragar!
Máximo Luppino
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