Más que la soledad del poder, Mauricio Macri padeció la soledad de los tribunales. Lo que se suponía sería un acto de fuerte apoyo al expresidente en su primera declaración indagatoria ante la justicia, fue mucho menos que una reunión de “amigos” de juerga. Cuentan que una parte de los asistentes eran empleados municipales de Dolores, un municipio en manos del intendente Camilo Etchevarren perteneciente a Cambiemos. Tan escasa fue la presencia de partidarios que la decepción se marcó en forma indeleble en el rostro de los dirigentes presentes y en el propio rostro turbado del exmandatario.
Poco duró el trámite judicial ya que se frustró la audiencia en cuestión. Entre torpes tecnicismos e inconfesables burdas sospechas, la declaración fue suspendida por el propio juez Bava, en lo que pareció un pan y circo judicial. Una vez más, la justicia será sospechada de impericia, torpezas o peor aún. El hecho es que el tigre judicial suma una significativa mancha más a su ya manchado ropaje para la opinión pública del país.
Otro era el semblante de Macri a la salida del juzgado, con renovada sonrisa se cumplió el vaticinio del profeta de las letras Jorge Asís en cuanto: “En Dolores Macri lanzará su candidatura presidencial para el 2023”. Así pareció acontecer en su retiro de los tribunales de Dolores. Trepado al estribo de su vehículo saludó “victorioso” a una imaginaria multitud que lo ovacionaba. Es que todos sabemos que las cosas son como son o como creemos que son en nuestra tendenciosa parcialidad humana. En ese hemisferio, Macri se vio como el gran Julio César ingresando a la Ciudad Eterna con su glorioso ejército de comunicadores acólitos del poder… Pero ni era Roma, ni él Julio César. Apenas ganó tiempo para escurrirse de una causa muy crítica para la sensibilidad nacional como es lo relacionado con nuestros 44 héroes del ARA San Juan.
Es reconocido por todos que para el sistemático y laborioso Horacio Rodríguez Larreta, la figura de su antiguo conductor Mauricio Macri, hoy es una “piedra en el zapato” para su fértil objetivo de conducir los destinos de la Nación Argentina. Es que “Juntos” ya se siente triunfador de las elecciones del 14 de noviembre. Así es que ya al menos hay tres candidatos a presidente por este espacio político. Larreta, el más claro y determinado hasta ahora; Manes, que representa a una Unión Cívica Radical que se sabe potencialmente poderosa y Mauricio Macri, que no acepta ser desplazado por los que hasta hace pocos días eran sus soldados. Además, recordemos que de no presentarse Macri saldrá a la cancha Patricia Bullrich con los tapones de punta y sus armas alimentadas con cartuchos magnum.
Facundo Manes sabe insistir así que nada será fácil para el 2023.
Luego, claro está, existe el peronismo que promete, como la historia lo acredita, dar batalla hasta dejar su último ergo en la cancha. Cómo llegaremos como sociedad al 2023 es una pregunta que podrían develar adecuadamente Jorge Asís o Raúl Timerman, y analizar sus consecuencias.
Ahora en lo inmediato tenemos el 14 de noviembre, que sabemos que el resultado electoral marcará un nuevo escenario nacional. Es como un agitado carnaval político del cual ya podemos escuchar algunas musicales notas.
Todo tendrá solución con una pizca de buena voluntad comunal. ¿Tendremos la inteligencia para querernos un poco más los argentinos entre nosotros mismos?
Máximo Luppino
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