El tan polémico acuerdo con el FMI debe concretarse lo antes posible dentro de los cánones más propicios posibles para nuestra Nación.
¡No pagar, de ninguna manera es una opción!
Gobernar es tomar las decisiones factibles acorde a la realidad mundial. Lo “justo” suele ser impracticable en las arbitrarias relaciones de fuerzas entre los países súper desarrollados y los pobres o en proceso de desarrollo. Si la relación armamentista y económica mundial es extremadamente desigual, entonces, ¿cómo pretender “convenios” imparciales y equitativos? Las naciones con gobernantes lúcidos deben optar y negociar dentro del margen de lo posible. Las demás quimeras son hermosas frases discursivas tremendamente imprácticas y hasta nefastas para el desarrollo en paz de los pueblos.
Suelen sugerir no pagar la deuda al FMI los irresponsables voceros del caos mundial o los que no poseen la tremenda carga de gobernar una república.
El error criminal fue contraer la deuda tomada en montos exorbitantes por parte de Mauricio Macri sin implementar bien alguno para el pueblo. Un pecaminoso contubernio despreciable del cual, lamentablemente, hay que hacerse cargo. Lo que sí sería bueno es examinar, judicialmente hablando, el curso del dinero pedido y qué finalidad se dio a los miles de millones de dólares aceptados. Pero esto no implica que no debamos pagar. Argentina debe salir adelante y surgir por sobre la miseria económica reinante que padecemos y para esto necesita una relación aceitada con el mundo financiero y bursátil. Esto se logra con un acuerdo con el FMI. Nos guste o no, es un tema de necesidad práctica que sobrevuela muy por encima de todo gusto e ideología política particular.
¡El fruto de la libertad nacional madurará oportunamente en el árbol de la conciencia colectiva cuando ejercitemos nuestras acciones con suma responsabilidad!
Cuando los Estados Unidos de Norte América pretendieron hacer de Cuba un burdel para su clase dominante, apreciamos la heroica Revolución Cubana como sumamente plausible. Claro, luego, cuando la dictadura se enquistó en el poder, lo otrora “bueno” paso a ser “malo” y el glorioso pueblo cubano sufre un atraso tremendo en bienestar y realización. No podemos ver la vida como blanco o negro, los matices intelectuales son los loables signos de discernimiento que no podemos dejar de lado. No nos “casemos” con un sistema, más bien evaluemos constantemente lo que valoremos como adecuado o no, lejos del fanatismo enceguecedor.
Creemos que el gobierno trata de llegar a un acuerdo posible, un compromiso factible de honrar. En síntesis, un hecho responsable.
Que se comprenda bien. No nos causa ninguna gracia que nuestra patria afronte un millonario pago internacional en dólares por el latrocinio de los “hijos del poder” que condenaron al pueblo a deambular por una larga y oscura noche de esfuerzo y privaciones colectivas para que los desmesuradamente ricos sean aún más poderosos.
Dios perdone a los “ladrones de guantes blancos” y corazón oscuro.
Pagar para emerger de la pobreza, con construcción de empleos dignos con salarios decorosos y justos para nuestro gran pueblo.
Máximo Luppino
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