“Mapuches” que obedecen al primer ministro Británico Boris Johnson sin saber lo que es la Madre Pachamama desafían la soberanía Argentina en nuestra Patagonia. Tienen la insolencia de reclamar tierras pertenecientes a nuestro Ejército, lugar de entrenamiento de tropas de elite de Alta Montaña donde se capacitan nuestras fuerzas Armadas. Concurriendo a dicho establecimiento castrense, militares de otros lugares del planeta a capacitarse debido al enorme profesionalismo y capacidad de nuestros soldados.
Estos “mapuches” se asemejan a voraces agentes inmobiliarios más que a genuinos grupos de pueblos originarios, a quienes respetamos y mantenemos una corriente afectiva plena. Pero una cosa es ser descendiente de nobles pueblos aborígenes y otra muy distinta es ser activistas de la violencia y el terrorismo apátrida internacional.
Hartos en Chile de las tropelías delictivas de estos impostores, el gobierno de Gabriel Boris, quien simpatiza con la Causa Mapuche, decidió dictar el Estado de Emergencia en el sur de su país militarizando las carreteras para garantizar que no sucedan ataques a la propiedad y a los ciudadanos chilenos.
El cuartel que pretenden ocupar es la escuela de montaña de nuestro ejército que lleva con orgullo el nombre del General argentino Juan Domingo Perón, quien fuera tres veces presidente de la Nación, siempre elegido democráticamente por el pueblo de la República en elecciones libres.
Somos una sola e indisoluble Nación. Somos la República Argentina con nuestra constitución Nacional como Carta Magna rectora de nuestros principios y conducta política. La sola idea de pretender tomar parte de un cuartel de nuestro ejército es una insolencia que no debemos tolerar de manera alguna. También, un grupo análogo de activistas disfrazados de pueblos originarios reclamó como propio el Centro Cívico de Bariloche, el primero constituido en nuestra Nación. ¿Reclamarán luego la Casa Rosada, la Ciudad de los Niños, el Planetario y la Casa de Tucumán?...
Es muy llamativo que tanto Chile como Argentina sufran el ataque criminal de estos grupos terroristas. Siempre ciertas potencias desearon apoderarse de nuestra Patagonia. Estos “Mapuches” son funcionales a estos objetivos imperialistas.
Ningún Juez que ame nuestra patria puede dictar sentencia contra una institución fundadora de la argentinidad y nuestro ejército Argentino lo es como lo indica su glorioso escudo: “Nació con la patria en mayo del 1810” y ya vivió su Bautismo de Fuego antes de estar formalmente constituido dando batalla, repeliendo los intentos de invación de Inglaterra en 1806 y 1807. Gloria a nuestros soldados sanmartinianos, los mismos que lucharon con sublime heroicidad en Malvinas. ¿A este glorioso ejército se le pretende sustraer tierras en su custodia? Si existió negligencia de algún miembro del Ministerio de Defensa debe ser duramente sancionado y expulsado de su cargo. Las versiones periodísticas señalan lo siguiente:
“La justicia después del allanamiento del viernes de la semana pasada al ministerio de Defensa, investiga si el retraso en apelar la sentencia a favor de los mapuches en Bariloche y contra los intereses del Ejército lo decidió el director de Asuntos Judiciales de esa cartera, Martín Havela, y no la abogada Silvia Vazquez como se creía hasta ahora. Así se avanza sobre la jerarquía de la cartera siguiendo la posibilidad de que se haya simulado un intento de apelar para, en realidad, favorecer el reclamo de los mapuches”. Nadie debe encubrir tal irresponsabilidad que se asemeja al grave calificativo de Traición a la Patria. Es el mayor delito que un ciudadano puede cometer y como tal merece una pena equivalente a tal horror.
Nuestro aliento y apoyo a nuestro Ejército. No conocemos país próspero que no exhiba armonía con sus Fuerza Armadas. El Ejército Argentino se nutre de los valores espirituales e inmaculados de nuestro pueblo.
El ejército Argentino nos pertenece a todos y trasciende cuestiones partidarias. Es cuna de héroes y servidores de la Nación.
¡Una patria, una sola bandera!
Máximo Luppino
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