GUILLERMO JARA, ASESINADO POR TRABAJAR

viernes, 1 de julio de 2022

 El pensamiento es la madre de la acción. Cuando pensamos con violencia, intolerancia y odio podemos llegar a concretar la más horrenda de las acciones. Sólo en estas coordenadas puede entenderse el homicidio de Guillermo Jara, un camionero que eludió un piquete y fue perseguido, golpeado, apedreado y muerto por “colegas de las rutas”, trabajadores convertidos en asesinos por las ideas necias sembradas en sus mentes por los cultores del odio, por arquitectos del caos y la malignidad. 


Hay que cuidar nuestras ideas y mesurar nuestras palabras. Lo que sentimos hoy, mañana genera hechos concretos acorde a lo que mantuvimos en nuestra psiquis. 

¡El pensamiento es una fuerza viva muy poderosa!

Matar a un colega por querer cumplir con su obligación de entregar su carga a destino, golpearlo con demencia injustificada bajo todo punto de vista, cuando Guillermo sólo pretendía desempeñar con su labor, es una expresión de odio irracional sin parangón.

Los grandes medios de difusión que suelen hacer correr torbellinos de tinta envenenada, muy poco contaron sobre el crimen de Jara, “patearon la pelota fuera”. Distinto hubiera sido si los piquetes hubieran sido protagonizados por el gremio de camioneros. Pero como los “autoconvocados” son hostiles al gobierno, esto los convierte casi en “simpáticos manifestantes” a los que se les escaparon varias docenas de piedras, puñetazos y golpes que finalizaron con la vida de Guillermo Jara, una víctima de un piquete que parece poseer más fundamento político que necesidad puntual. 

Según quien delinque, un papel indebidamente arrojado al suelo puede llegar a ser tremendamente más grave que un artero homicidio. Así actúa la prensa tenebrosa que “dibuja” la información con las líneas y colores que le son funcionales a sus inconfesables objetivos. 

Desde el mismo momento que Alberto Fernández y Cristina Fernández asumieron constitucionalmente el gobierno de la república, un grupo de empresarios ligados a los gigantes de de la comunicación decidieron golpear sin clemencia a la administración actual hasta el hartazgo, hasta el sueño quimérico antidemocrático de una forzada destitución. Hipótesis que se ha ensayado en voz alta en programas televisivos en forma reiterada. 

La periodista Viviana Canosa dijo: “Necesitamos una rebelión civil en paz. Se tiene que venir un estallido “- dijo, básicamente pidiendo un Golpe de Estado. Según ella, esa es la “solución a la tiranía en la que estamos viviendo” e insistió con el pedido de “una desobediencia civil sin violencia, en paz “. 

 Canosa tiene el derecho a pensar lo que desee, y expresarse con la libertad que todos tenemos en este régimen popular, pero tal vez debería medir con más criterio democráticos sus expresiones para no incitar a la violencia social. 

Guillermo Jara no es una estadística, ni una noticia pasajera. Guillermo, un argentino de 45 años de General Rodríguez, camionero que trabajaba honestamente y que fue asesinado por trabajar, por intentar cumplir con su labor y que no es totalmente tenido en cuenta su cobarde homicidio. 

Queremos en estas modestas líneas ofrendar una sentida oración por el descanso de Guillermo, saludar a su familia y tratar de tenerlo como ejemplo de la barbarie en que estamos inmersos y que debemos superar. 

La Comunidad Organizada en la cual aspiramos vivir nos reclama tolerancia, bondad y espíritu de reconciliación entre los habitantes de este sagrado suelo argentino. 

Hay tres detenidos hasta la fecha por el crimen de Jara, pero los autores intelectuales de este homicidio continúan con su “rastrera vida” como si matar fuera un hecho casual. 

¡DIOS bendiga el alma de Guillermo Jara, asesinado por trabajar! 


          Máximo Luppino


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