La actual situación económica del país no permite lugar para el fundamentalismo ideológico. La necesidad social exige a gritos salir de la inflación y de la incertidumbre angustiante que la misma produce.
Es en este delicado y singular momento político donde el pragmatismo de Sergio Massa es necesario y aceptado, la consigna desesperada reclama soluciones ya. Emerger del lodo inflacionario sí o sí.
Es momento de sumar todo lo que se requiera para avanzar en el beneficio de la Nación sin caer en prejuicios separatistas que tanto dañaron a nuestra República.
El flamante ministro de economía puede hacer converger a Barrionuevo y a Moyano con Manzano y Daniel Vila junto al Movimiento Evita y Moria Casan en una “ensalada rusa” que seguro estará bien condimentada. Todos los nombrados y muchos más estuvieron presentes en la jura que el presidente Alberto Fernández le efectuara a Massa como ministro de economía el miércoles 3 de agosto en la Casa Rosada. Un aspecto del real poder político es la capacidad de citar y reunir personas de diversos núcleos sociales ante una eventual convocatoria. Tomar el teléfono y ser atendido por influyentes de casi todo el mundo bursátil y productivo del planeta, esto es parte del capital político de Sergio Massa. Cualidad que tendrá que ser aprovechada al maximo de su magnitud.
Sergio tiene organizada una gira por Nueva York, Francia y Qatar en el plan que dieron a llamar “fábrica de dólares”. Es que lo urgente posterga los planes a mediano plazo. Lo preocupante para Massa es la ventana de tiempo que comprende los próximos 60 días. Luego de superado este delicado margen, la confianza de estabilidad invade el ánimo del entusiasta ministro. Solidez básica en dólares es la prioridad urgente para el tigrense y en ese contexto moviliza su actividad central.
Los políticos de raza saben que el macrocosmo político es tan importante como la fundamental base electoral territorial. El “pago chico” debe estar alambrado. Ganar Tigre es más que vital para Sergio. A punto tal que piensa en “Pipo” Gorosito como candidato a concejal en Tigre. El ídolo indiscutido del equipo de Tigre goza de suma popularidad en el distrito del ministro.
La acción política obliga a los que desean triunfar a brindar atención a los banqueros internacionales y presidentes de poderosos holdings, como a los militantes barriales que como laboriosas hormigas constructoras edifican victorias distritales fundamentales para los dirigentes que añoran abrazar las más altas cumbres del poder gubernamental.
Así es que el “gancho de chorizo” se mezcla atrevidamente con los “millones de dólares” en un cambalache profano que sólo la sabiduría celestial siempre sabe ordenar.
Después de Tigre hay otras comunas en las cuales Massa deposita su atención en forma especial. Es el distrito de San Miguel donde el intendente es Jaime Méndez, uno de los muchos discípulos del senador Joaquín de la Torre, con quien Massa supo construir una profunda relación. Máxime aún cuando la administración de San Miguel goza de buen prestigio poblacional. Hecho que se traduce en reiterados triunfos electorales. El municipio de Joaquín supo ser visitado en numerosas ocasiones por el creativo ministro. No deberíamos descartar un diálogo cordial entre ambos dirigentes, siempre en el contexto de edificar un futuro concreto.
Claro que la “fábrica de dólares” se lleva casi todos los esfuerzos de un ministro que se encuentra motivado a domar la inflación infame que destroza proyectos electorales de quienes no logran superarla.
Sergio Massa debe ganar la cruzada contra la inflación, de esto depende su futuro electoral y más importante aún el bienestar del pueblo argentino.
El campo de batalla está surcado por muchos intereses. DIOS quiera que el bien colectivo se imponga sobre la infamia egoísta de los sin corazón.
Máximo Luppino
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