Otro 17 de octubre se exhibe con abundancia de mística popular esperanzada y apatía profunda en un gran número de funcionarios desconcertados.
Mientras en una importante fracción del mundo parece que florecen ideas totalitarias que señalarían un retorno a las doctrinas autoritarias, tal como el nazismo o el fascismo, desconociendo las necesidades de los humildes y oprimidos de la sociedad. Otra parte del globo se encuentra empeñada en una contienda bélica de grandes dimensiones en Ucrania donde Rusia desplegó su ejército, fruto de una encerrona política militar producida por la OTAN dirigida por los Estados Unidos de Norte América.
Por más “razones” geopolíticas que pudieran asistirle a Rusia, jamás Putin debió invadir Ucrania ya que entró en el “corral” que EEUU preparó minuciosamente para el líder ruso. Europa es el fiambre del sándwich con bases de la OTAN en toda la Unión Europea que a estas alturas más que proteger al viejo mundo oficia como una invasión silenciosa de hecho. Sumado a la red financiera que lo sujeta a los interese económicos estadounidenses. Pero Europa depende en gran medida del gas y petróleo que Putin administra, más las fuentes eléctricas que están restringidas.
China no quita los ojos de Taiwán donde el poderío bélico se exhibe con todo su poder. Para no ser menos, Corea del Norte con Corea del Sur se amenazan con vuelos de misiles poderosos que son mucho más que “fuego de artificios” y maniobras de entrenamiento.
El escenario es muy complicado en un mundo sobrepoblado donde la demanda de alimento es enorme y los bolsones de millones de hambrientos llevan al planeta a una encrucijada moral sin precedentes.
Los países poderosos en su mayoría no reciben a las olas de migrantes que buscan un lugar donde trabajar y comer. Se retiran de una pobreza extrema de sus propias sociedades, catástrofes económicas que las naciones que ahora no los reciben fueron las autoras de generarlas.
Putin habla de utilizar armas nucleares si lo considera conveniente, mientras atacados, atacantes y vecinos próximos siguen comprando y vendiéndose energía, alimento y por supuesto armas. La locura está reinando con toda su incoherente contradicción despiadada.
Argentina lucha con una inflación que es nuestra “bomba atómica” económica, que nos empobrece y sumerge en indecibles angustias mes a mes. Mata la inflación, de a poco por devastación constante, y pulveriza el ánimo y encierra al laburante en el rincón más oscuro de sus ancestrales miedos, el de no poder alimentar a sus hijos.
El mundo debe pasar de la globalización al universalismo, tal cual lo enunció Juan Parón hace 80 años atrás. Esto es pensar en la unidad planetaria en el contexto de la unión espiritual de las personas. Donde la fraternidad se viva como la realidad que es y no como una frase bonita pisoteada a diario por la indiferencia y el egoísmo.
La globalización tomó características financieras y de comercio mundial. El Universalismo es un concepto humanista y ecológico en el más profundo sentido del término. Cuidar al semejante es cuidarnos, ayudar, socorrer, brindar ayuda real y concreta son las acciones universalistas que se aproximan.
Ayudamos a los dolientes o el armamento nuclear con todo su oscuro poder destructivo dará cuenta de nosotros por no saber querer al prójimo, romper y gritar cuando en verdad hay que construir, susurrar y cantar.
Este nuevo 17 de octubre recodaremos a Juan Domingo Perón y a Evita, la abanderada de los humildes. Por sobre todo honraremos al pueblo argentino que recató al General de la cárcel y rescatando a Perón en un hecho de amor sublime e histórico encontró su sendero en la historia de los pueblos dignos.
Nuestros más altos dirigentes no fueron capaces de organizar un acto único del Día de la Lealtad. Vedetismo, orgullo personal e intereses internos egoístas muestran cuánto nos falta aprender del verdadero sentido del Compañerismo Peronista. Luego se canta: “Todos unidos triunfaremos” ...
17 de octubre del 2022, un desafío para continuar creyendo y no caer en la tristeza de los precios en continua alza. Creer en Dios y no en la derrota, pensar en la epopeya y jamás verse derrotados. Pelear y trabajar antes de abandonarnos a la voluntad de los sin corazón. Sabemos que el pueblo argentino va a decir presente.
¡Perón, Eva y los militantes muertos y vivos van decir presente y estarán al lado de la gente!
¿Los dirigentes estarán?
¡Muy Feliz día de la lealtad peronistas queridos compañeros!
¿Viva Perón carajo!
Máximo Luppino
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