Las disputas por las presidenciales de Cambiemos dejaron de ser meros roses y empujones para transformase en una total hostilidad con tinte de guerra total.
Larreta y Bullrich poseen sus morteros al rojo vivo. Las municiones no dejan de caer en el campo de uno y otro simultáneamente. ¡ya hay heridos de gravedad, quizás algunos soldados pasaron a ser “desaparecidos en acción”.
Gerardo Milman ha quedado desacreditado luego del escándalo del episodio en el que dijo: -“Cuando la maten a Cristina, yo estaré en la costa”- según afirman algunos testigos, y al destape de una legión de asesoras con muy buenos sueldos (que la sociedad solventa) con poca experiencia técnica, pero con pasarelas caminadas en el universo del modelaje y los certámenes de concursos de belleza, de las cuales no se sabe a ciencia cierta precisar cuál es su función especifica. Vulgares interpretaciones abundan, de las cuales no nos hacemos eco en modo alguno.
En este enfrentamiento “Horacio – Patricia”, asociándolo con el conocido juego de la “Batalla Naval”, resulta que los navíos de Horacio atacaron a Patricia afectando a Gerardo Milman. Digamos, el pícaro bergantín ha cantado: tocado…
Claro, el contrataque de la flota de “pato” no se hizo esperar y saltó el bochorno de los chats del ministro D’Alessandro quien parece se vio obligado a tomar una licencia no deseada. Ahora, el acorazado de Horacio fue el tocado. La batalla naval insinúa continuar a todo vértigo. ¿Cuáles serán las próximas naves hundidas?
Mientras esto acontece, Javier Milei se frota las manos en pleno regocijo de algarabía por los desencantados que piensa reclutar para sí mismo.
De los trastornos públicos del PRO, en el caso D’Alessandro y el de Milman, el del ministro de Larreta es más delicado. Debido a que arrastra el viaje a “Lago Escondido”, caso que se encuentra en sede judicial de Bariloche y que está en plena investigación. Además, los chats de D’Alessandro parecen no haberse agotado. Los murmullos de los pasillos prometen más escandalosas revelaciones que comprometerían seriamente la “inmaculada gestión” de Rodríguez Larreta. Esto genera preocupación acentuada en el Gobierno de la Ciudad. Los más equilibrados pensadores del amarillo sector reconocen a viva voz que tanto Milman como D´Alessandro son dos lastres imposibles de sacar a flote y que hay que seguir adelante sin esa carga que los compromete seriamente en su carrera electoral.
A todo esto ¿cuál será el sentir genuino de Mauricio Macri? Un jugador político que se quedó con ganas de una revancha electoral y mayor liderazgo en la fuerza política que él supo crear.
Si ya en enero las municiones son de este gran calibre ¿Qué tenor tendrán los proyectiles a mediado de año?
El paseo a lo de Joe Lewis es un volcán político en sí mismo. Hay muchas figuras del poder judicial y empresarial comprometidas con acciones posiblemente conspirativas para con el gobierno Nacional. Una novela que sugiere ser portadora de muchos capítulos de dramático relato.
En el otro polo político, Sergio Massa parece estar encontrando “la punta del ovillo” y si bien la inflación acusa guarismos aún muy altos, están apareciendo señales de querer encarrilarse en una atmósfera que desea aproximarse a una necesaria y deseada normalidad. Sergio bien sabe que es un doctorado público que debe rendir con altas calificaciones para soñar despierto su gran anhelo presidencialista.
Larreta se encuentra comprometido a mostrar más capacidad de gestión y equilibrio, Patricia promete una lucha más feroz para llegar a su meta. Claro, y el peronismo dará su lucha que jamás fue débil ni superflua.
Los soldados de Perón duermen con el casco puesto y los fusiles cargados.
El 2023 será un año de elecciones generales muy intenso, sin tiempo para parpadear dos veces seguidas. El que se distrae pierde y va a ser empujado fuera del juego electoral.
Máximo Luppino
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