Hoy en Argentina existe un poder que se eleva muy por encima de los otros dos poderes de la democracia. La independencia de los tres poderes de la república es una quimera. El poder legislativo no puede determinar por sí mismo cuántos bloques la conforman, ya que “la justicia” va a determinar arbitrariamente cuántos les corresponden. El poder ejecutivo ve totalmente jaqueado su accionar, ya que le lanzan una inconstitucionalidad por las dudas. Gracioso es ver cómo algunos hablan de derechos acortados por este gobierno, cuando en verdad está bailando al son de la música que la corte coloca en su propio reproductor.
Desde Vicentin hasta el porcentaje de la coparticipación de CABA. Siempre la Suprema Corte de Justicia falló en favor de los poderes ya constituidos y en franca simpatía con el PRO. Parece que las huestes amarillas están cómodamente instaladas en el pináculo de las preferencias de los dictámenes del supremo tribunal, que en su inmensa mayoría son de color amarillo rabioso.
Viejo y anhelado sueño unitario: ¡Que lindo sería que Argentina sea Buenos Aires! Nada importa la guerra de la independencia, nada conmueve el corazón petrificado por el mercado capitalista. Poco significan las penurias de ese valiente norte argentino donde se colocaba el pecho a las bayonetas colonialistas. Hoy, al igual que ayer, nuestros hermanos suelen caminar varias cuadras al menos para obtener un poco de agua potable. Ciudad Autónoma está ataviada por hermosas flores multicolores y el criollo sentir norteño padece de un cristalino vaso de agua. Igual la Corte falla en favor de los que más tienen, y CABA será nuevamente bendecida por el profano poder que mira embelesado fronteras afuera de nuestra patria. Unitarios y Federales, las antinomias parecen jamás superarse en nuestra Nación.
Si un gobernador posee varios mandatos en su cargo lo tildan de señor feudal, si un intendente como Posee, tiene múltiples mandatos, es la democracia que se manifiesta y elige lo mejor…. La doble vara, está más vigente que nunca. Son feudos ambos o son demócratas todos. Pónganse de acuerdo, muchachos.
El contubernio político es de tal suerte que el frente electoral Cambiemos amenaza con paralizar el congreso de la Nación hasta que se retire el pedido de juicio político a la Suprema Corte. Tal es al actuar en mancomún que poseen. Los señores diputados tienen la facultad de rechazar en el seno del recinto el mencionado pedido. Ahora, el de no tratar absolutamente nada en el ámbito del Congreso es un accionar mafioso y extorsionador.
Recuerdo cuando denunciaron a Alberto Fernández por “envenenar” al pueblo argentino por el uso de una vacuna que no era la que ellos patrocinaban, en el seno de la mismísima pandemia.
También quemaron barbijos, y reclamaban una libertad que nadie les quito, ni les quitará. Además de sugerir renunciar a los reclamos dignos y adecuados por nuestras Malvinas. Patricia Bullrich dijo: “Podíamos haberle dado las Malvinas” al laboratorio Pfizer con tal de obtener vacunas de esa estadounidense firma. Pero todo se olvida y perdona en el reino de Cambiemos. Los periodistas llevan en su ADN una fuerte simpatía amarilla que los lleva a jamás repreguntar ni señalar barbaridades como las que señalamos.
Elisa Carrió dijo sobre la muerte del gran dirigente José Manuel de la Sota: “Gracias a DIOS que murió de la Sota” Que cristianismo tan especial es el que profesa Elisa Carrió. Los medios nada de nada, salvo alguna honrosa excepción que confirma la regla.
Podríamos estar todo un día enunciando barbarie tras barbarie del PRO. Quizás algún día lo haremos, pero en verdad se relajan ya que nadie los va a enjuiciar. Toda vez que el más alto tribunal milita activamente en sus amarillas filas.
El juicio a la Suprema Corte es la madre de todas las batallas. Ahí se establecerá quién es quién, y se marcará el destino del país con una clara y genuina independencia de poderes.
El pueblo reclama una actitud firme y segura en un tema tan delicado como el presente.
Máximo Luppino.
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